Periodistas y empresarios, por Alfredo Torres
Periodistas y empresarios, por Alfredo Torres
Redacción EC

“Estoy en contra de la concentración de medios”, la célebre respuesta del presidente Humala a la amable pregunta de Feria Internacional del Libro de Bogotá. Más de uno habrá buscado sin éxito ese título en los estantes. Para los peruanos, en cambio, fue una confirmación del escozor y desconfianza que generan al presidente los periodistas y empresarios.

Aunque excesiva, la reacción de no es inusual. A muchos gobernantes les resultan irritantes las críticas de la prensa y las presiones empresariales. La tensión es inevitable porque en una democracia el poder se comparte no solo con otras fuerzas políticas, sino también con los líderes de opinión y los agentes económicos. Para construir una relación fructífera con ellos, las autoridades deben entender que los periodistas y los empresarios son especímenes muy diferentes.

Por su formación profesional, los periodistas tienden a ver “el vaso medio vacío”, mientras los empresarios procuran verlo “medio lleno”. Los periodistas saben que una mala noticia suele ser más atractiva que una buena. Un gran escándalo les genera adrenalina. Los empresarios, en cambio, necesitan ser optimistas para seguir invirtiendo y creciendo. Los escándalos son perjudiciales desde la perspectiva empresarial porque generan incertidumbre.

Los periodistas tienden a enfocarse en el corto plazo. La noticia fluye minuto a minuto. El periódico de ayer sirve pare envolver pescado. Los empresarios tienden a enfocarse en el mediano plazo. Los objetivos suelen ser anuales y muchas inversiones dependen de plazos aun más largos.

A los periodistas les interesa más la política. A los , las políticas. La diferencia se entiende mejor en inglés: unos siguen las ‘politics’ y otros las ‘policies’. Por lo tanto, los periodistas valoran más líderes con habilidad política y dotes de comunicación. Los empresarios, en cambio, aprecian más líderes con capacidad de gestión y orientados hacia la eficacia.

Normalmente, los periodistas tienen una visión más amplia del país. Les preocupa el desarrollo económico, pero también la salud de la democracia y sus instituciones, la corrupción y la violencia. Las preocupaciones empresariales suelen estar más focalizadas en la marcha de la economía y las facilidades para hacer negocios. Los periodistas son especialmente sensibles a cualquier amenaza a la libertad de prensa; los empresarios, a cualquier amenaza a la libertad de empresa.

Como consecuencia de las traumáticas experiencias de los setenta, ochenta y noventa, se ha producido en el Perú un acercamiento entre las visiones de periodistas y empresarios. Los primeros prestan más atención ahora a la economía de mercado y los segundos valoran más al régimen democrático. Más allá del consenso existente, los políticos deben entender que periodistas y empresarios tienen perspectivas y necesidades diferentes. Los periodistas demandan transparencia y necesitan historias. Los empresarios demandan solvencia profesional y reglas claras.

El presidente Humala y sus colaboradores debieran ser más tolerantes con las críticas de los periodistas, entender que la prensa reafirma su independencia diariamente siendo crítica de las autoridades. Debieran también estar más abiertos a recoger las propuestas empresariales, aprendiendo a distinguir entre aquellas que defienden intereses mercantilistas y aquellas que pueden contribuir a acelerar el desarrollo del país.

El Perú necesita una prensa vigilante y un empresariado exigente. Los políticos debieran aceptarlo y valorarlo. Pero no estaría de más que periodistas y empresarios desarrollen una mayor empatía con las autoridades. La complejidad de la sociedad peruana y las múltiples limitaciones de su administración pública debieran ser tomadas en cuenta en las críticas y las propuestas de unos y otros. Al Perú le hace daño un ambiente crispado.