Prueba ácida: Goles que no haces... [Informe especial]
Prueba ácida: Goles que no haces... [Informe especial]
Javier Albán

La semana pasada, el ministro de Economía, Alfredo Thorne, anunció que el Ejecutivo viene preparando un proyecto de ley que permitiría reducir las deudas de los cinco clubes de fútbol sometidos a procedimientos concursales: Alianza Lima, Cienciano, Melgar, Sport Boys y Universitario de Deportes. Ello luego de que hace algunas semanas, el presidente Pedro Pablo Kuczynski diera unas cofusas declaraciones a un programa deportivo radial sobre el mismo tema. Aunque primero  dijo que las deudas de los clubes se reducirían a la mitad, luego la Sunat “precisó” que el presidente se refería solo a aquellos que no están sujetos a procesos concursales ante el Indecopi.

Desde el 2012, cuando el gobierno anterior aprobó una norma que benefició a los cinco clubes que hoy están en Indecopi, sus problemas financieros no han mejorado. Con excepción de Melgar, el club con menor deuda y el único hasta ahora que ha recibido el apoyo económico de un inversionista externo, los demás no solo mantienen sus deudas concursales casi intactas, sino que hoy también enfrentan problemas con sus finanzas corrientes. Alianza Lima y Universitario de Deportes, los dos clubes más populares del país, son justamente los que mantienen deudas más grandes.

—Corona para el fútbol—

El 4 de marzo del 2012, el gobierno de Ollanta Humala promulgó un decreto de urgencia (10-2012) que estableció medidas “para la reestructuración y apoyo de emergencia” a los clubes de fútbol cuya situación financiera era considerada insostenible. 

La norma –que luego fue incorporada en una ley del Congreso (29862)– estableció un  procedimiento concursal especial (distinto al que aplica a todos los deudores en el Perú) para los cinco clubes de fútbol. 

Este procedimiento tiene hasta hoy la particularidad de imposibilitar a las juntas de acreedores–órgano que reemplaza a las asambleas de socios o juntas de accionistas durante los concursos– a optar por liquidar los clubes para así cobrar lo que se les debe, algo que un concurso ordinario sí permite.

Cuando el Indecopi terminó de reconocer las deudas de los cinco clubes, encontró que estas superaban los S/326 millones. Aunque solo las de Alianza y la ‘U’ sumaban en conjunto más de S/300 millones.

Sin duda, uno de los puntos más controversiales tras aplicarse la medida fue que, en todos los casos, el principal acreedor terminó siendo el propio Estado, a través de la Sunat. Al inicio, la deuda tributaria de Alianza equivalía al 66,96% de su deuda concursal total, mientras que la de la ‘U’ equivalía al 61,06%. Ser el acreedor principal le dio a la Sunat el poder de tomar casi todas las decisiones por sí misma, de forma similar a como lo haría un accionista mayoritario en una empresa. El problema ha sido que, como en tantos otros casos, el Estado ha terminado siendo un pésimo administrador.

 

—La deuda de Alianza—

En el 2014, el total de la deuda concursal de Alianza Lima reconocida por el Indecopi ascendía a S/45,8 millones. En agosto del mismo año, 28 meses después de ser designada por el Indecopi como administradora temporal –decisión que aprobó la junta de acreedores controlada por la Sunat–, la consultora Alba Consult S.A.C. presentó un primer plan de reestructuración. Susana Cuba, la entonces administradora, explicó en aquel momento que de acuerdo con el plan, Alianza pagaría alrededor de S/300.000 como primera cuota tres meses después, y que luego continuaría con el pago de cuotas trimestrales por 12 años.

Las dos primeras cuotas fueron pagadas en noviembre del 2014 y febrero del 2015. Sin embargo, en marzo, Cuba renunció aduciendo que ya se habían cumplido los objetivos de su gestión. En abril, CB Consultores y Asesores S.A.C. fue designada como nueva empresa administradora, y tres meses después se presentó un segundo plan de reestructuración. En dicho documento, al que El Comercio tuvo acceso, se indica que el pago de las dos primeras cuotas se hizo “dejando de pagar un conjunto de obligaciones corrientes de varios meses y adelantándose cobranzas de facturas futuras”. Ello explica por qué, en el 2014, y según el mismo documento, el club íntimo tuvo pérdidas operativas por S/5,4 millones y, tras la renuncia de Cuba, su deuda corriente ascendía a cerca de S/9,9 millones.

Poco después de ser nombrado, “Christian Bustos [sucesor de Cuba] pidió un año de moratoria, y la Sunat se lo otorgó”, cuenta Aldo Panfichi, miembro de Promotora Blanquiazul, un grupo de socios acreedores. Terminada la moratoria, la administración pagó una tercera cuota, pero en octubre del 2016 Bustos renunció, por lo que más tarde ese mismo mes se nombró en su reemplazo a Renzo Ratto, quien continúa en el cargo. Según explicó el propio Bustos tras su despedida, durante su administración el club logró ordenarse mejor y redujo su deuda corriente en 17%, además de que no se generó nueva deuda tributaria corriente. Aun así, si se analiza el panorama global, en casi cinco años “se ha pagado apenas casi S/1 millón de la deuda, mientras que las administraciones temporales han cobrado sueldos por casi S/6 millones”, reclama Panfichi. En el mismo período, el interés anual aplicado a la deuda ha sido de apenas 2,28%, menos que la inflación acumulada (3,4%). Es decir, los acreedores han perdido dinero. 

—La deuda de la ‘U’—

La situación de Universitario de Deportes es incluso más preocupante. Tras aprobarse el régimen especial, el total de la deuda concursal de la ‘U’ reconocida por el Indecopi era de cerca de S/254,1 millones. Cuatro años y tres administraciones temporales después, en octubre del 2016, dicho monto había aumentado hasta S/374,3 millones. Ello en parte debido a los intereses acumulados, pero sobre todo en razón de una deuda de US$31 millones que el Indecopi reconoció el año pasado a la constructora Gremco S.A., acreedora del club desde la construcción del estadio Monumental en el año 2000.

Pero lo más grave es que hasta la fecha no se ha realizado ningún pago de la deuda concursal. Peor aún, ni siquiera ha sido aprobado un plan de reestructuración, por lo que el año pasado el Indecopi decidió que el club pase a un procedimiento concursal ordinario. “Los acreedores no hemos recibido un solo pago en estos cinco años, en los que además se ha generado S/24 millones de déficit operativo, ¿quién va a responder?”, reclama José Gamarra, representante legal de Gremco. Además, “el club se ha gastado ya un año de ingresos futuros por derechos de televisión”, complementa. Pese a todo, la ‘U’ es el equipo con la plantilla más cara en el Perú, según Transfermarkt.

Y hay más controversias. Tras el reconocimiento de la deuda de US$31 millones a Gremco, la empresa pasó a tener la mayoría en la junta de acreedores con el 52,3%, desplazando a la Sunat. Así, mientras que las tres primeras administraciones temporales fueron elegidas por la Sunat, la vigente, encabezada por Carlos Moreno de Consultoría de Finanzas Corporativas EIRL, fue designada por Gremco. 

No obstante, el último viernes 20 de enero, el 14° Juzgado Especializado en lo Civil de Lima ordenó que se descuente cerca de S/25 millones de la deuda que el club tiene con Gremco. El fallo puede ser impugnado, pero si se ratifica, la Sunat podría recuperar su mayoría en la junta de acreedores y, como es previsible, nombrar a una quinta administración temporal.

 

—Salvavidas que mata—

La intención del gobierno anterior fue ayudar a los clubes de fútbol con problemas financieros a superar sus dificultades. Pero casi cinco años después, solo el que recibió un salvavidas privado –Melgar– está camino a recuperarse (ya ha pagado más del 70% de su deuda). Cienciano y Sport Boys han descendido a Segunda División, y ni Alianza Lima ni la ‘U’ han conseguido reducir sus deudas totales.

Los acreedores culpan a la Sunat. “El maltrato a los trabajadores [acreedores de deuda laboral] que no querían votar con la Sunat era manifiesto. A los que reclamaron en la junta los despidieron”, denuncia Gamarra. “En un momento propusimos a la Sunat una fórmula para hacerle un pago parcial de US$2 millones, invertir US$1 millón en menores y pagar US$1 millón a los trabajadores”, comenta Panfichi. “Pero nos respondieron que no, porque dijeron que su papel era recaudador, cobrar todo, no mejorar la institución”, recuerda. El Comercio buscó comunicarse con algún representante de la Sunat, así como de las administraciones de ambos clubes, para obtener su versión, pero no obtuvo respuesta.

Queda claro, entonces, que conviene ser escépticos ante anuncios como el del ministro Thorne. Como en tantas otras experiencias, la intervención estatal en el fútbol ha demostrado no solo ser injusta –se benefició indebidamente a cinco instituciones privadas, congelando sus deudas e impidiendo a sus acreedores liquidarlas para poder cobrar–, sino también incapaz de cumplir con su propósito. Si aun así ocurre, lo mínimo que se debe exigir es que esta vez se haga en el marco de la ley y con una mejor comprensión de los incentivos que operan en cada esquema concursal. De lo contrario, lo más probable es que las administraciones temporales continúen metiendo autogoles. 

 
 
 

*Artículo modificado a raíz de una solicitud de la señora Susana Cuba. Una versión anterior indicaba que Alba Consult S.A.C. fue designada por la junta de acreedores, y que, al renunciar, Cuba había señalado que no se había cumplido con los objetivos.