(Ilustración: Rolando Pinillos Romero).
(Ilustración: Rolando Pinillos Romero).
Santiago Roncagliolo

La culminará este fin de semana con un éxito de público y perfil internacional. Más de medio millón de personas se han acercado a autores como Richard Ford, Leonardo Padura, Claudia Piñeiro o Ray Loriga. Además, el evento es una fábrica de ideas donde se encuentran escritores, periodistas, editores, dibujantes, incluso cineastas del consecutivo festival PUCP.

Este año, lo más jugoso para mí han sido los libros peruanos que aproveché para descubrir y el país que dibujan. A continuación, mis recomendaciones de autores nacionales para la feria.

“Dejarás la tierra”, de Renato Cisneros, me descubrió la historia del pensamiento liberal desde nuestra declaración de independencia. Sus personajes luchan con Bolívar, le ponen los cuernos a Ramón Castilla y se hacen exiliar por Leguía. A la luz del libro anterior de Renato, es irónico que esa familia republicana ejemplar haya criado precisamente al general Cisneros, ícono de la represión de los años setenta y ochenta.

Porque en realidad, fascistas había por todas partes. Había incluso fascistas peruanos pronazis, lo que ya son ganas de ser arribista. “La noche sin ventanas” de Raúl Tola, “Orgullosamente solos” de José Carlos Yrigoyen y “Pensando a la derecha” de Antonio Zapata sacan del armario al facha nacional, ese caballero blanco y devoto al que la historia avergonzada había barrido bajo la alfombra.

Tal como me contaron a mí el Perú republicano, la cosa iba así: un día nos independizamos de España… y un poquito después, llegó Velasco. Sobre el siglo y medio de en medio, circulaba muy poca información fuera de los cursos universitarios. Recuerdo la queja unánime entre mis profesores de los noventa, cuando estudié: “En este país no se escriben memorias ni biografías. Sabemos muy poco de las personas que han firmado los libros y tomado las decisiones”.

Hoy en día, se está poniendo carne en el hueso de nuestra historia. Los libros cuentan las crónicas del pasado y, sobre todo, del presente. “Memorias del futuro” de recoge el sueño y la leyenda de la revolución cubana. El comandante Carlos Enrique Freyre nos cuenta cómo acabó aquello en “Desde el valle de las esmeraldas”, una bitácora de su propia experiencia en el Huallaga de los años noventa con emboscadas, fusiles y una escenografía de película de Vietnam. Y después de todo eso, “Dicen de mí” de Gabriela Wiener retrata a los hijos de la izquierda derrotada, esa masa decepcionada y prófuga sobre la que los años ochenta pasaron como un bulldozer.

Sin embargo, entre fachas y rojos, la historia siempre se olvidó de lo más importante: la gente. Marco Avilés rescata en “¡No soy tu cholo!” a los verdaderos revolucionarios del país. El grupo que aguantó los desmanes de todos los anteriores. Avilés nos hace notar cuán blanca y española fue siempre la literatura y la política. Y sus interminables colas en las salas de firmas reflejan a un país que quiere salir por fin en los libros.

La FIL está escribiendo nuestra novela familiar. Nos cuenta de dónde venimos y qué somos. Y, sobre todo, se lo cuenta a un público joven. Porque mientras muchos amargados insisten en que ya no se lee, los pasillos de la feria bullen de adolescentes y adultos recientes. Son ellos, con sus elecciones de libros y su asistencia a los eventos, quienes forjan la historia que leeremos en el futuro.

Si usted quiere participar en la decisión, aún le queda un fin de semana.

(PD: yo presento “La cuarta espada”, mi reportaje sobre Abimael Guzmán, el domingo 6 a las 5 p.m. Lo sé. No es elegante. Pero tenía que decirlo.)