“Reformas constitucionales”, por Francisco Miró Quesada Rada
“Reformas constitucionales”, por Francisco Miró Quesada Rada

FRANCISCO MIRÓ QUESADA RADA

En un reciente conversatorio, diversos representantes de los partidos políticos plantearon el necesario retorno a la como una propuesta que se cae de madura y se espera sea aprobada en este período legislativo.

El Parlamento o en el Estado moderno tiene diversas funciones: representativa, deliberativa, legislativa, comunicativa, educativa, financiera, jurisdiccional, de control, de inspección, de indagación.

El constitucionalista español Jorge Xifra Heras señala la importancia del bicameralismo, del que destaca el principio representativo de la integración democrática. Según este autor, la representación adquiere mayor pureza y templanza como resultado de la mezcla del principio inorgánico o numérico que se da en la Cámara Baja con los criterios concernientes a la representación de tipo estamental en las llamadas cámaras altas.

Desde luego la principal función de un congresista, sin menoscabo de las otras, es la de representar a sus electores y es a partir de ella que realiza las demás. Esto debe tenerse muy en claro.

Precisamente, en el conversatorio que comentamos también se planteó la elección uninominal. Esta tiene la ventaja de contar con circunscripciones o distritos electorales más pequeños para evitar que la representación se diluya como sucede con el sistema plurinominal. Su objetivo es acercar más al representante con el representado; que el primero sea más ubicable, se le pueda conocer y se establezca un mecanismo de cercanía en donde el congresista rinda cuentas a los representados a través de audiencias públicas.

Otra ventaja de la bicameralidad, siguiendo al constitucionalista citado, consiste en que la doble discusión de los asuntos que se realiza es útil para evitar la aprobación de las leyes y dictámenes hechos en forma precipitada. Aquí se destaca el carácter reflexivo de la Cámara Alta que se da cuando desde la Cámara Baja se procediera a la ligera o actuara bajo presiones políticas. Este equilibrio es fundamental porque en la función legislativa la Cámara Alta, como cámara de contrapeso, puede asegurar que las leyes sean mejor elaboradas.

La existencia de dos cámaras garantiza la práctica de los principios de libertad y división de poderes, además, y esto es esencial en la tarea legislativa, existiría un control intraorgánico entre ambas cámaras para evitar que una se imponga arbitrariamente sobre la otra.

El constitucionalista mexicano Felipe Tena Ramírez incorpora otras ventajas del sistema bicameral además de las señaladas por Xifra Heras. Debilita al poder legislativo al dividirlo con el fin de que no tienda a predominar sobre el Ejecutivo, lo que favorece el equilibrio entre poderes. Este autor se refiere al equilibrio interorgánico que debe haber entre las funciones del Estado. Señala también que en caso de un conflicto entre una Cámara y el Ejecutivo, la otra puede intervenir como mediadora. Debe tenerse en cuenta que al existir una segunda Cámara ello es una garantía contra la precipitación legislativa, el error y las pasiones políticas.

Se planteó igualmente el voto voluntario y la eliminación del voto preferencial. El voto voluntario se basa en la total libertad del ciudadano para ejercer este derecho. Desde luego, si el voto es libre, no puede ser obligatorio y queda en la conciencia del elector si lo ejecuta o no. Este tipo de voto es una decisión que requiere compromiso, no solo con el derecho de ejercerlo, sino con la orientación política, programática e ideológica de un partido en donde el ciudadano le otorga su confianza a un candidato porque se identifica con sus propuestas y los programas que representa.

Si se eliminara, por ejemplo, el voto preferencial para los candidatos al Congreso, se tendría que votar por las listas que presentarán los partidos políticos. Esta relación de candidatos no debe ser impuesta y para ello tendrá que haber elecciones internas en cada partido supervisadas por el y organizadas por la . Las elecciones internas contribuyen con la transparencia del proceso electoral. Además se cumple con el principio de un militante un voto.

Finalmente está el número de los representantes. Este no puede ser producto de criterios subjetivos sino de un concepto matemático relacionado con la cantidad de electores para que la representación tenga un valor objetivo. Es una tarea compleja de carácter técnico que no debe estar sujeta a la coyuntura política, sino a una real correspondencia entre el número de la población electoral y una asamblea representativa que sea el fiel reflejo del universo ciudadano en el Perú.