Tecnócratas y corrupción, por Alfredo Torres
Tecnócratas y corrupción, por Alfredo Torres
Alfredo Torres

En las últimas semanas se ha desarrollado un intenso debate entre analistas liberales (entre los que me incluyo) y de izquierda, sobre quiénes son los responsables de la corrupción en el Perú en los últimos años. Si se retiran las posiciones más extremas, lo que queda del debate es un consenso en que: 1) la corrupción es endémica en el Perú (como lo demuestra el libro del historiador Alfonso Quiroz, citado por ambos bandos); y 2) la última ola de corrupción tiene como corresponsables al Partido de los Trabajadores de Brasil liderado por Lula y a un conjunto de mercantilistas brasileños encabezados por Odebrecht (las discrepancias están en el peso de la responsabilidad de cada uno).

En ese contexto, algunos han caído en la tentación de achacar también a la “derecha tecnocrática” y a los empresarios su cuota de responsabilidad por su inacción frente a la corrupción y por su “desprecio frente a las instituciones políticas”. Dada mi cercanía a tres instituciones integradas por tecnócratas, empresarios e intelectuales decididos a luchar contra la corrupción y a favor de la democracia y el desarrollo, me parece necesario levantar esos cargos. 

Proética es una ONG dedicada a luchar contra la corrupción y su actual presidente es el empresario Jorge Medina. Desde su fundación ha hecho publicaciones, encuestas y propuestas para combatir la corrupción. En las encuestas que efectúa Ipsos para Proética hemos encontrado y difundido reiteradamente que la corrupción es el mayor mal que afecta al Estado y hemos contribuido a demostrar que en el Perú existe una tolerancia muy alta para la corrupción, con un índice que creamos especialmente para tal efecto. 

Transparencia es una asociación civil dedicada a trabajar por el fortalecimiento de la democracia. El año pasado, por iniciativa de su entonces presidente, el empresario Felipe Ortiz de Zevallos, produjo una propuesta de ley de reforma institucional para el fortalecimiento democrático. La iniciativa, conocida como Plan 32, incluye propuestas concretas y análisis costo beneficio en cuatro ejes: sistema electoral, funcionamiento del Congreso, sistema de justicia y gestión pública, con énfasis en la lucha contra la corrupción.

IPAE Acción Empresarial es una asociación privada orientada a promover el desarrollo de la institucionalidad, la economía de mercado, la empresa y la educación en el Perú. Es muy conocida por ser organizadora de CADE Ejecutivo, el principal foro empresarial y tecnocrático del país. Su actual presidente es el empresario Julio Luque y todos los ex presidentes de IPAE y CADE han sido empresarios o tecnócratas. Pues bien, en todos los CADE ha estado muy presente la preocupación por la corrupción y la necesidad de reformas institucionales.

Para hablar solo de los CADE más recientes, en el 2014 hubo sesiones dedicadas a la corrupción y el Poder Judicial con la participación de diez expertos nacionales e internacionales. En el 2015 hubo una sesión completa dedicada a reforma institucional y política con la participación de cinco expertos y se incluyó el tema en los términos de referencia que se les entregó a los candidatos presidenciales para sus exposiciones. Y en el 2016 hubo dos sesiones dedicadas a la corrupción con la participación de nueve especialistas. Y, además, lanzamos CADE Mide, un conjunto de 21 indicadores del desarrollo de los cuales siete son institucionales.

Alguno podría pensar que esta valoración de los temas institucionales y la lucha contra la corrupción está solo en la mente de los organizadores de CADE. Las encuestas de Ipsos a los empresarios y tecnócratas participantes en CADE demuestran lo contrario. Cuando en el 2014 preguntamos cuáles deberían ser las prioridades del siguiente gobierno, combatir la corrupción salió en primer lugar. Cuando en el 2015 preguntamos por la principal medida para reactivar la inversión, salió nuevamente combatir la corrupción en primer lugar. Por último, en el 2016, cuando preguntamos por el indicador más valorado en el pilar institucional de CADE Mide, salió la posición que ocupa el Perú en el ránking de corrupción de Transparencia Internacional. Es decir, se priorizó nuevamente la lucha contra la corrupción.

La megacorrupción que se viene descubriendo fue impulsada por una alianza infame entre los líderes del Foro de Sao Paulo y empresas mercantilistas brasileñas que se beneficiaron de la falta de ética de políticos populistas y técnicos de segundo nivel en el Perú. Si a alguien hubiese que responsabilizar por no haber efectuado reformas institucionales que prevengan la corrupción es a los partidos que tuvieron mayoría en el Congreso en los últimos 30 años.