"Desde cualquier perspectiva –política, económica o institucional–, si vas a gastar en algo, PPK, conviene que sea en Justicia" (Foto: Archivo El Comercio)
"Desde cualquier perspectiva –política, económica o institucional–, si vas a gastar en algo, PPK, conviene que sea en Justicia" (Foto: Archivo El Comercio)
Andrés Calderón

PPK está en plan ahorro. Queda claro a partir de sus últimas entrevistas en las que habla con preocupación de los entre 80 mil y 250 mil funcionarios que se sumaron al Gobierno Central durante la administración de Humala, y los rumores sobre la fusión de ministerios.

Puede ser un buen plan para aliviar el descomunal incremento del gasto corriente remunerativo que significó el quinquenio nacionalista (pasamos de gastar S/58 mil millones a fines del 2011 a casi S/85 mil millones acabando el 2016). Hace poco menos de un año, soltaba en esta columna unos cuantos “”. Voy a hacer ahora el ejercicio inverso, dando un solo tip de gasto ppkausa: Justicia.

Que lo barato sale caro lo deben saber muy bien PPK y Fernando Zavala gracias a la Procuraduría Anticorrupción. Julia Príncipe y la despedida procuradora anticorrupción Katherine Ampuero acumulaban más polémica que logros en sus currículum. No solo se dedicaron a causar ruido político, anunciar rimbombantes pero endebles denuncias, y a dar fútiles conferencias de prensa (es decir, malgastar recursos), sino que entorpecieron el principal proceso anticorrupción desde la época de Fujimori y Montesinos.

Fue un error nombrarlas y un acierto –aunque tardío– removerlas de sus cargos. El daño (los retrocesos en el Caso Odebrecht y la desconfianza ciudadana respecto del compromiso del Gobierno en la lucha anticorrupción), sin embargo, está hecho.

¿Qué queda por hacer? Redefinir la estrategia y escoger bien a los nuevos actores. En ese orden. Un primer objetivo debería ser lograr la máxima colaboración de Odebrecht en el Caso Lava Jato para identificar a todos los involucrados en su farra de corrupción.

Constructoras brasileñas, socias peruanas, altos funcionarios y políticos agazapados. Atrapar al resto, meterlos a la cárcel (o negociar su colaboración) y cobrarles a ellos el grueso de la reparación civil debe ser la meta. No jugar al “paladín inclemente” con quien ya confesó sus delitos. Insisto:.El nuevo equipo de la Procuraduría Anticorrupción debería contar con experiencia en litigios de alto nivel y con eficacia. Que no tengan afán de protagonismo y, más bien, que inspiren confianza en el Ministerio Público. Que fiscales y abogados defensores, por igual, reconozcan su prestigio; es decir, que no necesiten saltar en el trampolín a la fama en que se ha convertido últimamente la procuraduría. PPK debe saber que invertir en profesionales que trabajen con rigurosidad y sin especulaciones le conviene también. Si no me cree, que relea las débiles y penosas denuncias de Ampuero, Enco y compañía.

Nadie le va a objetar a PPK que gaste en la Procuraduría Anticorrupción o que invierta en el Ministerio Público y el Poder Judicial. Pero que se trate de un mayor presupuesto condicionado a que ellos pongan a sus mejores cuadros en el Caso Lava Jato y a que realicen convocatorias públicas para que ingresen nuevos fiscales y jueces a las divisiones anticorrupción. Bien remunerados y asépticos.
Si no se puede reformar de golpe el Poder Judicial, empecemos con el subsistema anticorrupción, y que los resultados otorguen legitimidad para seguir avanzando.

PPK se equivocó durante su primer año al postergar la reforma judicial, creyó quizá que eso no le correspondía al Ejecutivo y que el eficiente manejo gubernamental y el crecimiento económico podían continuar por cuerdas separadas. Las encuestas le demostraron que en el tema de la corrupción, Poder Judicial, Ejecutivo o Legislativo suenan a lo mismo a oídos del ciudadano. El Caso Odebrecht le metió un frenazo a la economía, y la mediocridad del sistema de justicia le explotó en la cara a PPK con las procuradoras.

Desde cualquier perspectiva –política, económica o institucional–, si vas a gastar en algo, PPK, conviene que sea en Justicia.