La última cantinflada, por Rossana Echeandía
La última cantinflada, por Rossana Echeandía
Rossana Echeandía

Desde el cuadro que cuelga en la pared detrás del presidente y el periodista, parece contemplar la escena con una resignación que solo es posible porque sabe que ya no falta mucho para que esa batalla llegue a su fin.

“Entiendo que...”, “Nosotros creemos...”, “Yo creo que es así...”, jejeje, eeeeh, sonrisa rígida y fingida fueron partes importantes de la entrevista del director periodístico de Latina, , con el presidente de la República, , el último domingo.

Si el periodista les sacaba un poquito de filo a sus preguntas, hubiera podido cortar rabo y oreja. Pero no quiso. Vaya uno a saber si fue por la pereza de prepararse mejor, por ejemplo con algunas cifras que pudiera contraponer al mandatario, o si fue por vergüenza ajena ante el penoso desempeño del jefe del Estado.

Una sonrisa auténtica libera el estrés, una fingida lo acentúa más, lo hace visible en la rigidez de los músculos que tratan de fingir algo que las emociones reales no son capaces de comunicar. En la entrevista televisiva de la noche del domingo, el presidente Humala evidenció que ya en el último año de su gobierno el hombre no ha sido capaz de aprender el oficio, que no puede enfrentarse con fluidez y conocimiento al amable interrogatorio de un periodista que ni siquiera intentó ponerlo en aprietos.

La dificultad del presidente se hace más notoria cuando se ve obligado a defender a su esposa, Nadine Heredia, quien desde que empezó su gobierno no ha hecho más que robarle protagonismo y armarle conflictos que han afectado no solamente su popularidad sino, sobre todo, la calidad de su gobierno. 

El domingo, mientras su voz decía que estaba de acuerdo con que Nadine hubiera aparecido en un ‘selfie’ con sus pequeñas hijas apoyando el aborto “porque cada mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo”, la mueca que simulaba su sonrisa reflejaba que alguna cuenta se daba de lo que estaba diciendo. Al llegar a casa, sus hijas le deben haber dicho: “Papi, qué lindo, ¿así que tengo derecho a hacer lo que quiero con mi cuerpo?”.

“Dejemos que las autoridades hagan su trabajo” fue otra de las frases que Humala repitió como parte de un guion preparado y no muy bien aprendido. ¿A qué se refería? A las investigaciones a las que su esposa está sometida estos días por el asunto de las reveladoras agendas que supuestamente le habrían robado. “Nadine desde el primer día no ha reconocido esas agendas como suyas”. “Hemos denunciado una sustracción de artículos de casa”. El ‘coach’ que entrena al presidente para hacer un buen papel frente a una entrevista periodística no está logrando buenos resultados. ¿Exactamente qué quiso decir el mandatario?

“Dejemos que las autoridades hagan su trabajo”, dice, pero hace unos días afirmó que “a Nadine la atacan porque le tienen miedo” y, a través del Ministerio de Justicia, pretendió silenciar a la procuradora , quien investiga la denuncia por supuesto lavado de activos contra Heredia; o cuando sospechosamente se detiene la investigación fiscal y se quiere impedir a toda costa las indagaciones que hace una comisión del Congreso. ¿Eso es dejar que las autoridades hagan su trabajo?

La entrevista fue tan mala que, en verdad, más parecía otro intento de cortina de humo para impedir que se difundiera lo que otro canal estaba narrando acerca de las increíblemente reveladoras agendas supuestamente sustraídas del hogar de la pareja presidencial.