(Foto: Reuters).
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Ruchir Sharma

La parece estar lista para reducir las tasas de interés por primera vez desde la crisis financiera mundial. Ajustada por la inflación, la tasa de referencia de la FED ahora es solo del 0,5% y el costo de los préstamos rara vez ha estado más cerca de ser gratuito. Pero el clamor por un dinero más fácil sigue creciendo.

Con las guerras comerciales amenazando la , los funcionarios de la FED dicen que se necesitan recortes de tasas para evitar que la desaceleración se extienda a y que la baja y persistente inflación caiga en una deflación definitiva.

Pocas palabras son más temidas entre los economistas que deflación. Durante siglos, fue un fenómeno común, con una caída de los precios debido a las innovaciones tecnológicas. Pero la deflación generalizada de la década de 1930 y la experiencia más reciente de Japón le han dado a la palabra un nombre exclusivamente malo.

Después de que estallaran las burbujas de vivienda y bolsa de valores de Japón a principios de 1990, la demanda cayó y los precios comenzaron a disminuir, ya que los consumidores muy endeudados comenzaron a retrasar las compras. Con la esperanza de atraer nuevamente el gasto, el banco central inyectó dinero en la economía, pero fue en vano.

Muchas economías occidentales parecían enfrentar una amenaza similar después de la crisis financiera del 2008. Desde entonces, liderados por la FED, los bancos centrales han respondido agresivamente a cada indicio de una recesión.

En esta expansión, sin embargo, la economía de Estados Unidos ha crecido a la mitad del ritmo de las recuperaciones de la posguerra. La inflación no ha logrado alcanzar el objetivo de la FED de un sostenido 2%. Mientras tanto, cada nuevo indicio de dinero fácil inspira un nuevo optimismo en los mercados financieros.

En este entorno, la reducción de las tasas podría acelerar el resultado que la FED trata de evitar: al aumentar aun más los precios de las acciones, bonos y bienes raíces, y alentar los préstamos riesgosos, más dinero fácil podría preparar el escenario para un colapso en los . Y eso podría ser seguido por una recesión económica y la caída de los precios, al igual que en Japón en la década de 1990.

Hoy, los políticos de derecha e izquierda han llegado a abrazar el dinero fácil, ignorando los riesgos. El presidente ha estado presionando a la FED para que reduzca las tasas de interés, a fin de ayudarlo a recuperar las tasas de crecimiento milagroso de posguerra del 3% al 4%.

Al mismo tiempo, los liberales como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez están recurriendo a teorías de dinero fácil no convencionales como una forma de pagar programas sociales ambiciosos.

Mientras la FED se prepara para anunciar una decisión esta semana, el creciente apoyo bipartidista para un recorte de tasas está lleno de ironía. Reducir las tasas para evitar la deflación tenía sentido en la atmósfera de crisis del 2008. Pero con el precio del préstamo ya tan bajo, más dinero fácil generará una amenaza más grave.

Al aumentar aun más los precios de las acciones y los bonos y alentar a las personas a asumir más deuda, la reducción de las tasas podría preparar el escenario para el tipo de colapso del mercado alimentado por la deuda que ha precedido a la recesión económica de las últimas décadas. Nuestra economía está enganchada al dinero fácil, y es una adicción peligrosa.

–Glosado y editado–
© The New York Times