Editorial 2: Convenios monumentales
Editorial 2: Convenios monumentales

Al complejo arqueológico Siete Techos, de Lambayeque, sus 1.500 años de antigüedad no lo han salvado de las invasiones y saqueos. El centro religioso, declarado , ha sufrido un grave proceso de deterioro en las últimas décadas por la falta de presupuesto y la inacción municipal. Como este, son varios los inmuebles prehispánicos que lucen abandonados por las autoridades y que no disponen de las mínimas facilidades para acomodar la visita de turistas, locales o extranjeros.

Ante ello, el ha promovido un decreto legislativo para poner en valor estos sitios arqueológicos con la participación del sector privado. A través de un convenio de gestión cultural –diferente de una concesión o de una cesión de uso–, el ministerio podrá otorgar la administración del inmueble por un máximo de diez años a una empresa privada para que esta provea servicios como limpieza, seguridad, cafeterías, museos de sitio. En total son 19.903 los monumentos arqueológicos en el territorio.

Pese a algunas posiciones contrarias al proceso promovido por el decreto –como la expresada por la –, la iniciativa va en el camino correcto. Parte de la explicación del deterioro de los monumentos es que el sector público carece de los incentivos y de los recursos para hacerse cargo de ellos. En la medida en que las prioridades de los alcaldes y gobernadores regionales no estén puestas en la recuperación del patrimonio histórico, es poco lo que se puede esperar de ellos.

Asimismo, ceder la operación de los inmuebles a empresas cuyas utilidades dependen de que estos estén bien cuidados y con servicios turísticos disponibles de primer nivel pone los incentivos en la posición correcta. Si el reglamento a publicarse es adecuado, se logrará una situación en la que el Estado, las empresas y los turistas se verán beneficiados. El complejo arqueológico de Lambayeque lo agradecerá siete veces.