Editorial: En busca del tiempo perdido
Editorial: En busca del tiempo perdido
Redacción EC

El Estado Peruano, desde hace varios años, se ha percatado de la importancia del comercio internacional para promover el crecimiento y desarrollo del país, por lo que ha adoptado una saludable política de apertura comercial. Es en esta línea que hace unos días el presidente Ollanta Humala se reunió en la cumbre del con líderes de países que, como el Perú, vienen negociando desde el 2010 un nuevo tratado comercial, denominado . Se trata de una iniciativa importante no solo por los beneficios que podría traer al Perú, sino también porque posiciona a nuestro país a la vanguardia en materia de negociación de acuerdos comerciales y nos coloca como un actor importante en el sistema internacional.

El TPP es potencialmente muy beneficioso para nuestro país, porque se trata de un importante acuerdo regional que incluye a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam (economías que representan alrededor del 40% del PBI mundial) y que tiene una ventaja adicional. A diferencia de muchos acuerdos comerciales, el TPP no se queda en un tema de barreras arancelarias, sino que también se vienen negociando capítulos sobre comercio de servicios, compras públicas, propiedad intelectual, política de competencia y solución de controversias

Al igual que los anteriores acuerdos comerciales que ha firmado el Perú, el hecho de ser parte del TPP sería una buena noticia en tanto que, entre otros importantes aspectos, estos tratados disminuyen e incluso, en algunos casos, acaban con los aranceles y demás derechos que tendrían que pagar nuestros productos para acceder a otros mercados –se vuelven más baratos y más atractivos para el exterior–. Sin embargo, las negociaciones del TPP (impulsado, dicho sea de paso, precisamente por Estados Unidos) no solo importan por las reducciones arancelarias, sino también porque la ruta que los negociadores vienen adoptando puede servir como una brújula para devolvernos al camino que, desde la firma del TLC con Estados Unidos, parecíamos haber perdido.

En efecto, ningún acuerdo comercial firmado por nuestro país ha sido tan amplio y profundo como el TLC con Estados Unidos. Aquel no solo incluye una reducción de tarifas de productos (se eliminaron casi 100% de los aranceles), sino que contiene una serie de bienes y servicios que van más allá de las reglas tradicionales de la . En otras palabras, es un tratado bilateral que no se conformó con eliminar las barreras, sino que ha logrado penetrar el sistema económico y legal peruano para asegurar la viabilidad de una verdadera economía de mercado para generar crecimiento y desarrollo de manera sostenida para todos los peruanos en el largo plazo.

No obstante, en los últimos años se ha perdido el impulso inicial que motivo la apertura del mercado peruano. Los recientes tratados comerciales negociados por el Perú (sin contar, por supuesto, el TPP), lejos de ser una réplica de exitoso caso del TLC con Estados Unidos, han perdido la oportunidad de seguir con el mismo dinamismo e impulso con el que se comenzó a buscar nuevos mercados. En efecto, no se ha continuado promoviendo con la misma fuerza la búsqueda de nuevos socios comerciales atractivos para nuestro país y, además, las negociaciones se han visto limitadas a tan solo una reducción de aranceles, que, si bien son importantes, se podría conseguir mucho más.

Por todo lo anterior, que el gobierno negocie un acuerdo de las características del TPP es una buena noticia e indica el camino que deberíamos venir siguiendo a partir de ahora. Esperemos que el presidente Humala venga con una renovada voluntad política para seguir impulsando las negociaciones bilaterales que tenemos pendiente y apoye a su ministra de Comercio Exterior y Turismo, , para que se concreten acuerdos que no se limiten solo a un tema de reducción arancelaria sino que tengan la profundidad y los beneficios que se negociaron con Estados Unidos y que se vienen logrando con el TPP.