Editorial: Comisión de Permanencia
Editorial: Comisión de Permanencia

Pasada la incertidumbre sobre los resultados de la segunda vuelta electoral, el equipo de trabajo de la agrupación ganadora se prepara para asumir la responsabilidad de administrar el Poder Ejecutivo. Según indicó Mercedes Aráoz, segunda vicepresidenta electa, ella y Fiorella Molinelli, ex asesora del MEF y persona cercana al señor Kuczynski, coordinan el equipo de transferencia del que también participan Alfredo Thorne, jefe del plan de gobierno de Peruanos por el Kambio (PPK); Gino Costa, congresista electo y asesor en seguridad; y Martín Vizcarra, primer vicepresidente electo. 

En línea con el mandato democrático, el equipo de PPK toma las riendas del país con una agenda de reformas propia que intentará implementar en los siguientes meses. Desde cambios en la estructura tributaria para las mypes hasta acciones para combatir la delincuencia y para destrabar proyectos de inversión, un proceso ordenado y responsable de transferencia debería dar al nuevo equipo de gobierno una mejor idea de la viabilidad real de sus propuestas de campaña y, eventualmente, la posibilidad de cumplirlas.

Pero transición no significa borrón y cuenta nueva. A pesar de los varios errores y limitaciones que puede haber tenido la administración del presidente Ollanta Humala, el equipo que lidera Mercedes Aráoz tiene la responsabilidad de continuar con todo aquello que vale la pena que trascienda al gobierno de turno.

Quizá el ejemplo más relevante de ello sea la necesaria continuidad de las reformas emprendidas en el sector Educación. Con el ministro Saavedra a la cabeza, el Ministerio de Educación ha encontrado un norte y llevado a cabo mejoras sistemáticas cuyos resultados en el aprendizaje ya saltan a la vista. Desandar lo avanzado en este campo sería no solo obtuso sino irresponsable con las futuras generaciones. Es por ello una buena noticia la recientemente conocida disposición del señor Kuczynski de mantener al ministro Saavedra en caso él quiera continuar.

Asimismo, vale resaltar la profesional y correcta administración de los programas sociales, consolidados por el presente gobierno al mando del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). A pesar de algunos problemas de filtración y subcobertura que el gobierno de PPK deberá corregir, el equipo del ex primer ministro hereda programas sociales con sistemas de focalización operativos, capital humano competente y libres de redes clientelares.

Durante el gobierno nacionalista despegó además el uso del mecanismo de obras por impuestos (OxI). Como se sabe, las OxI permiten a empresas privadas descontar del pago de impuestos inversiones hechas en obras públicas priorizadas por los gobiernos locales. Según Pro Inversión, los compromisos de inversión bajo esta modalidad suman en el país S/2,114 millones para el quinquenio 2011-2016, los cuales involucran 200 proyectos culminados o en ejecución. Cerrar la brecha de infraestructura es uno de los principales retos de PPK, y apoyarse en el sector privado para lograrlo es necesario.

Finalmente, el esfuerzo por destrabar regulaciones sectoriales redundantes a través de las mesas técnicas del Ministerio de Producción es un paso en el camino correcto. Los resultados iniciales en el sector acuícola y forestal parecen prometedores, y la experiencia y el conocimiento acumulados a la fecha no deben perderse.

Por supuesto, la responsabilidad de una adecuada transferencia de poderes recae no solo sobre el que recibe, sino también sobre el que entrega. El presente gobierno debe demostrar la mejor disponibilidad y apertura para que el entrante pueda construir sobre lo ya hecho.

Uno de los principales signos de una democracia madura es la habilidad de sucesivos gobiernos para continuar lo bueno de la administración anterior, con prescindencia de los símbolos y colores partidarios que los identifiquen.