(Foto: Archivo El Comercio)
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Editorial El Comercio

La votación de la cuestión de confianza presentada días atrás al Congreso por el ex presidente del Consejo de ministros Fernando Zavala fue inapelable: 77 legisladores se pronunciaron en contra de ella, mientras que solo 22 lo hicieron a favor, por lo que el primer ministro y todo su Gabinete tuvieron que renunciar. Hubo, sin embargo, otros 16 votos sobre los que poco se ha dicho porque fueron en ámbar; esto es, abstenciones.

La inclinación de algunos o todos esos votos por alguna de las otras dos opciones –la verde (a favor) o la roja (en contra)– no habría cambiado el resultado, pero no por ello deja de llamar la atención que un número importante de congresistas se eximiera de pronunciarse sobre una materia trascendental para la vida política e institucional del país, cual es la continuidad o el licenciamiento del equipo ministerial en funciones.

Los parlamentarios en cuestión, además, pertenecían todos a las mismas bancadas –Nuevo Perú, Acción Popular y el Apra–, lo que haría pensar que a través de la abstención expresaron una posición partidaria. De hecho, durante el debate que sucedió a la exposición de Zavala, más de uno anticipó el sentido de su voto a nombre del grupo parlamentario al que pertenecía.

“Nosotros, en ese debate, vamos a votar, no por darle la confianza al Gabinete, pero tampoco vamos a votar por negarle la confianza. Vamos a mantener una posición de señalamiento”, apuntó, por ejemplo, Alberto Quintanilla (Nuevo Perú). Y la verdad es que, en la medida en que las funciones de los congresistas son legislar, fiscalizar y representar, limitarse a ‘señalar’ se insinúa como un intento de quitarle el cuerpo a una definición incómoda. Una percepción que se ve confirmada, además, por lo dicho por su compañera de bancada Marisa Glave. “La confianza se la tiene que dar la gente y se la tiene que ganar la gente, y ojalá el presidente abra los ojos, mire a la gente, y se dé cuenta [de] que tiene que trabajar para ellos”, sentenció ella, sacando evidentemente de contexto el tipo de ‘confianza’ del que se habla en una sesión parlamentaria convocada específicamente para ver si la representación nacional se la da o se la niega a un Gabinete.

No menos ambiguo fue el legislador Víctor Andrés García Belaunde (Acción Popular), quien en su intervención, tras aseverar que el ahora ex primer ministro quería irse ‘por la puerta grande’, añadió en tono de adivinanza: “De repente se la vamos a abrir, de repente se la vamos a abrir”. Y a pesar de que finalmente decretó: “Yo creo que Zavala no merece ninguna confianza”, votó, como el resto de su bancada, en ámbar.

La cuota de juego de palabras de la célula parlamentaria aprista, por otra parte, la aportó Javier Velásquez Quesquén. “Si yo no voy a votar a favor ni en contra [de la cuestión de confianza], es porque no creo que este procedimiento sea el procedimiento democrático para salvar a una ministra, a un ministro. Porque lo que estamos haciendo el día de hoy es convalidando algo; nunca más en el futuro vamos a poder interpelar y censurar a un ministro, porque siempre utilizarán esta figura”, afirmó. Y sus palabras dejaron más dudas que certezas.

¿Considera acaso antidemocrático el recurso que la Constitución concede al Ejecutivo para contrapesar al Legislativo cuando juzga que se está excediendo en el ejercicio de la dosis del poder que le corresponde? ¿El votar en abstención es una manera de asegurarse que nunca más vaya a ser utilizado? Hipótesis ciertamente sugestivas las suyas… pero que no responden a lo que se le estaba preguntando.

En una democracia representativa como la nuestra, los candidatos al Parlamento piden a sus electores el respaldo para poder hablar por ellos en una instancia en la que se toman decisiones medulares para el país, como la que acaba de adoptarse a propósito del Gabinete Zavala. Rehuir tal responsabilidad una vez que se ocupa una curul es, en el fondo, faltar a ese compromiso. Sobre todo si las explicaciones para no votar en un sentido o el otro son tan precarias como las que se escucharon en el pleno del jueves pasado.