Editorial: Un debate, técnicamente
Editorial: Un debate, técnicamente

La política, la mayoría de las veces –sobre todo en época electoral–, se trata más de gestos grandilocuentes, de identificación a nivel personal con los intereses del elector promedio y de ataques al rival de turno, que de propuestas programáticas coherentes y eficaces para guiar una nación. Los planes de gobierno no ganan una elección y los técnicos –como dijo el líder histórico del PPC Luis Bedoya Reyes– se alquilan.

Pero no tiene que ser siempre así. Para Fuerza Popular (FP) y Peruanos por el Kambio (PPK), el debate entre sus equipos técnicos del domingo pasado era la oportunidad ideal para demostrar que son más que un armatoste político con tanta llegada popular como poca profundidad a nivel de propuestas. La desperdiciaron.

En primer lugar, se esperaba que el debate de técnicos pudiese prescindir en buena medida de los pullazos dirigidos –aquellos con nombre y apellido– a los que el calor de la campaña política nos tiene acostumbrados, para enfocarse más en los planes de acción, sus plazos, costos, responsables, etc. Los ataques personales, sin embargo, ocuparon un lugar central en el debate. Por ejemplo, de los cinco minutos que tuvo Marco Miyashiro de FP para resaltar las fortalezas de su plan de gobierno en materia de seguridad ciudadana frente al que presentaba Gino Costa, especialista en seguridad de PPK, el general usó 2 minutos y 50 segundos para hablar sobre el pasado del señor Costa como ministro del Interior de Alejandro Toledo.

Pero el  señor Miyashiro no fue el único. Las reminiscencias estuvieron a la orden del día y de boca de los técnicos proliferaron rugidos políticos como: “PPK entregó nuestro gas al extranjero, no merece ser presidente” (José Chlimper de FP), “Con los 6.000 millones perdidos por corrupción hoy tendríamos otro Perú” (Mercedes Aráoz de PPK), “Aráoz es la menos indicada para hablar de conflictos. No se acuerda de Bagua” (Vladimiro Huaroc de FP), “Falta de moral es hablar de políticas de salud cuando se esterilizaron mujeres” (Martín Vizcarra de PPK). El pasado abundó, pero el futuro –aquel que quieren que les encomendemos– escaseó. 

En segundo lugar, el tiempo que los participantes en el debate no usaron en ataques personales tampoco sirvió para responder a las preguntas o cuestionamientos del oponente –característica elemental de cualquier debate que se precie de serlo–. 

Cuando Alfredo Thorne de PPK fue emplazado por Elmer Cuba de FP para responder por los miles de millones de soles de forado fiscal que dejaría una eventual reducción del IGV, su respuesta fue un brevísimo ataque a una propuesta tributaria de FP seguida de una referencia al pasado profesional del señor Cuba.

Cuando Mercedes Aráoz de PPK retó a Vladimiro Huaroc de FP a desarrollar su visión sobre la consulta previa, el ex presidente regional evitó cualquier referencia al tema y habló sobre el centralismo del Ministerio de Economía y Finanzas y sobre el paso de la señora Aráoz por esa cartera.

Aunque podríamos continuar con los ejemplos, estos solo servirían para hacer más notoria la frustración de las expectativas. Ambos partidos comparten la responsabilidad por la superficialidad de la presente campaña electoral y por la oportunidad desperdiciada para enseñar sus mejores atributos de fondo, algo que debe lamentar en especial el partido del señor Kuczynski, una agrupación que tiene más fortaleza tecnocrática y que perdió la ocasión de mostrarla. La tentación del ataque fácil, sin embargo, pudo más.

Frente a lo observado, es poco probable que los siguientes debates –en los que participarán los dos candidatos presidenciales y en los que se espera una discusión más política– contribuyan mucho más a delinear concretamente las propuestas de gobierno. Verdaderamente, los perdedores del primer debate –que de técnico tuvo poco– fueron los electores.