Editorial: Decidimos jugar limpio
Editorial: Decidimos jugar limpio

En varios espacios, la presente campaña electoral no se ha destacado por buscar la veracidad o viabilidad en los comentarios y propuestas de los candidatos a la presidencia. Desde inverosímiles promesas de gasto hasta acusaciones políticas infundadas, los comentarios de muchos candidatos en variados aspectos fueron tan poco sinceros como escrutados a nivel público –con pocas excepciones–.

La buena noticia –si podemos hallar alguna– es que lo acontecido en el último debate presidencial es hasta hoy motivo de comentarios de parte de ambas campañas en pugna y de la ciudadanía en general y, en algún caso reciente, incluso de anuncios de posibles acciones legales. El foco de atención ha estado en desmentir lo que deba ser desmentido y, en ese proceso, gana el público lo que debería perder en reputación el candidato descubierto faltando a la verdad. La mala noticia, por supuesto, es que se mintió.

Por el lado del señor Kuczynski, los datos expuestos se acercan más a la categoría de imprecisiones que a la de mentiras flagrantes. Por ejemplo, el ex primer ministro fue poco acertado al afirmar que el Perú es el país de la región con el menor número de hospitales por población (Venezuela y Paraguay tienen aun menos camas de hospitales por cada mil habitantes, según la Cepal), y al señalar que en el país hay 8 millones de pobres (de acuerdo con el INEI, la cifra es más cercana a 6,7 millones).

Por el lado de la señora Fujimori, sin embargo, se tiene, sí, una amplia serie de afirmaciones antojadizas, ambiguamente maliciosas, o llanamente falsas. El portal Ojo Público destacó algunas de estas inmediatamente después del debate. Entre ellas se cuentan, por ejemplo, las supuestas acusaciones por corrupción en contra del primer vicepresidente de la plancha de PPK, Martín Vizcarra, por apropiación de terrenos en Puno y la afirmación respecto a que “ha sido declarado reo contumaz”. La denuncia y el uso del pretérito perfecto en el último comentario dejan –deliberadamente– espacio para suponer que la situación judicial del señor Vizcarra sería mucho más complicada de lo que realmente es. Ya se conoce hoy que las acusaciones estaban más bien dirigidas al Estado y que la situación procesal del ex presidente regional por no acudir a una citación fiscal fue levantada en el año 2013, por lo que el agraviado ha anunciado que evalúa entablar una demanda por difamación.

“Kuczynski quiere eliminar la CTS y lo dice en la página 149 [de su plan de gobierno]”, mencionó también la candidata. Lo cierto es que –a pesar de las contradicciones entre el equipo de PPK, e idas y vueltas en la explicación de la propuesta– queda claro del plan de gobierno que aquellos trabajadores que ya cuentan con CTS la mantendrían. Asimismo, la alusión a la “reducción del sueldo de los policías” que “ha afectado a la familia policial” de la señora Fujimori pasa por alto que el aumento de ingresos de los miembros de la PNP a la fecha supera en muchos casos el 90% para compensar por la eliminación del sistema 24x24, sistema que tampoco garantizaba un sueldo fijo a favor de los efectivos del orden a cargo del Estado, por lo que su supresión tampoco podría ser considerado, en cualquier caso, un recorte salarial.

En vista de todo ello, quizá la frase del debate que puede ser considerada la menos veraz sea la siguiente de la señora Fujimori: “En esta campaña decidimos jugar limpio porque la democracia merece más que denuncias falsas”.Las mentiras y medias verdades que marcaron el debate electoral siguen resonando en la campaña.