Editorial: Ese secreto que tienes conmigo
Editorial: Ese secreto que tienes conmigo

El gobierno anterior terminó su gestión envuelto en múltiples sospechas de corrupción y con la imagen de estar dispuesto a incurrir en acciones bastante aparatosas para encubrirla. Esto se relaciona, por supuesto, en primera instancia con los brumosos asuntos de licitaciones y obras que hoy son objeto de investigación en la fiscalía y en el Congreso (y cuyo hilo parte en muchos casos de las famosas agendas de la ex primera dama). Pero también con problemas que se manifestaron en otros niveles de la administración humalista. 

Uno de ellos, surgido en el sector Defensa a raíz de una denuncia del programa “Panorama” en abril último, ha cobrado actualidad en estos días, porque el nuevo gobierno ha empezado a modular los mismos pretextos que el anterior para evitar la investigación y la transparencia al respecto. 

Como se recordará, el referido espacio dominical mostró documentos de gastos de setiembre del 2015 del Comando Especial del Vraem, entre los que se incluían declaraciones juradas de supuestos colaboradores que habían recibido pagos de entre 400 y 900 soles por brindar información, y luego presentó también testimonios de varios de ellos que negaban haber recibido tales pagos. 

Ante la posibilidad de que los fondos destinados a la inteligencia en el Vraem hubieran sido malversados, sin embargo, el gobierno –y el entonces ministro de Defensa Jakke Valakivi en particular– procedió de forma insólita y denunció a los periodistas de “Panorama” por haber revelado secretos nacionales. Se negó, además, a entregarle a la Primera Fiscalía Anticorrupción –que se abocó a investigar el caso de oficio– los documentos que sustentaban la denuncia periodística. Y la explicación siempre fue que, al revelarse públicamente la identidad de algunos colaboradores, se ponía en riesgo sus vidas.

No obstante, como se señaló en ese momento, no puede ser secreto todo aquello sobre lo que simplemente se coloca un sello que dice que lo es. El reglamento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública establece que toda entidad que produzca información de “acceso restringido” deberá tener un registro de la misma. Y Defensa no cumplió con ese requisito. 

Por otro lado, el ex procurador anticorrupción Luis Vargas Valdivia comentó también meses atrás que, aun cuando los documentos pudieran ser secretos, el ministerio en cuestión podía entregarlos a la fiscalía bajo la condición de la reserva. 

De cualquier forma, todo esto provocó que la oposición acusase al gobierno humalista de buscar un ajuste de cuentas con un programa que había sido el que sacó originalmente a la luz las agendas de la señora Heredia. Y de apañar, en el camino, la corrupción que podía existir en el Vraem. Una opinión de la que, en los tiempos de campaña, parecía participar Peruanos por el Kambio. 

De hecho, tras ganar las elecciones, el ya designado primer ministro Fernando Zavala declaró: “Si de mí hubiese dependido, yo no hubiese hecho esta denuncia”. Y el también anunciado titular de Defensa, Mariano González, fue más allá todavía. “Que quede claro que la primera medida que voy a tomar ni bien llegue al despacho será la de desechar la denuncia hecha por el señor Valakivi”, aseveró. 

¿No entrañaba eso acaso un cuestionamiento a la naturaleza supuestamente ‘secreta’ de los documentos y la información sobre el presunto caso de corrupción en el Vraem? 

Pues parece que no, porque ahora, la nueva administración, ya con las riendas del poder en la mano, ha repetido el estólido argumento de la anterior, tanto en un oficio firmado el 18 de este mes por el primer ministro Zavala, como por boca de González. “No se puede poner en riesgo la vida de los agentes ni los colaboradores”, ha dicho él. Para luego añadir: “Ni siquiera un fiscal puede obligarnos a transgredir la ley”. 

Y con ello, toda la investigación del caso podría terminar archivada en el Ministerio Público, mientras desde el Ejecutivo entonan aquello de: “Ese secreto que tienes conmigo nadie lo sabrá…”, en auténtico homenaje al Día de la Canción Criolla y a la criollada en general.