Editorial: ¿Algo más que una foto?
Editorial: ¿Algo más que una foto?
Redacción EC

Ayer, una misión de la se reunió en para facilitar un diálogo entre gobierno y oposición que permita acabar con la ola de violencia que ya ha cobrado 39 vidas. 

Lamentablemente, las expectativas que podemos tener de la intervención de la Unasur son casi nulas. Y es que hasta ahora la actuación de la Unasur en lo que toca a la crisis venezolana ha sido vergonzosa y ha servido, básicamente, para lavarle la cara al régimen chavista. No tuvo reparos, por ejemplo, en respaldar la inconstitucional manera en la que asumió la presidencia de Venezuela. Y hace algunas semanas, por solo dar otro ejemplo, emitió una resolución expresando preocupación ante cualquier amenaza a la soberanía venezolana y acordando designar una comisión para que asesore el diálogo, sin mencionar siquiera la represión del gobierno contra los manifestantes. Lo anterior, por lo demás, no sorprende teniendo en cuenta que su secretaría general está en manos de , un ex guerrillero venezolano que durante el gobierno de ocupó (como hombre de confianza del ex presidente) diversos ministerios, la presidencia de y la embajada en Cuba. 

Esta vez, desde Caracas, la Unasur tiene una nueva oportunidad para demostrarnos cuánto le preocupa proteger a la democracia en la región. Y haría bien (si le interesase) en empezar mostrando que es capaz de reconocer los abusos en los que ha incurrido el Gobierno Venezolano. Y, para este fin, no estaría de más que recurra a un par de informes que han sido publicitados últimamente por dos organizaciones internacionales.

El primero es el informe presentado recientemente en la sobre Venezuela. Este detalla, entre otras cosas, cómo el gobierno viene atropellando sin descaro a la oposición durante estas semanas de manifestaciones. Se han identificado 59 víctimas de torturas; 1.919 personas se encuentran detenidas, la mayoría bajo cargos de terrorismo; 105 periodistas fueron detenidos o amenazados, golpeados o heridos y a muchos se les decomisó sus equipos; Maduro siguió censurando a los medios de comunicación, sacó del aire la señal de NTN24, expulsó a la corresponsal de y ordenó el cierre de innumerables portales de Internet y de Twitter, por considerarlos lesivos a la revolución. Asimismo, el Tribunal Supremo de Justicia, en un juicio que duró 24 horas, removió de sus cargos a dos alcaldes opositores y ordenó su encarcelación; y, solo por citar un último abuso, todos recordamos cómo a María Corina Machado se le despojó de su cargo de diputada sin juicio alguno.

El segundo informe que haría bien en revisar la comitiva de la Unasur es el documento de Amnistía Internacional “Venezuela. Los derechos humanos en riesgo en medio de protestas”. Este da cuenta de reportes sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de cuerpos estatales (entre ellos el uso de armas de fuego contra manifestantes) y de las denuncias de torturas y tratos inhumanos a los detenidos en las protestas, que incluirían abusos sexuales y amenazas de violación. 

Amnistía Internacional también reporta que se habrían producido detenciones sin una orden judicial, así como que en algunos casos no se habría informado ni a los detenidos ni a sus abogados de las razones por las que se los había detenido y que esto solo se les habría comunicado minutos antes de la primera audiencia. Todo ello mientras el gobierno se abstiene de desarmar y llevar a la justicia a los miembros de las milicias populares armadas (creadas para la defensa de la revolución como política de Estado) que vienen atacando violentamente a los manifestantes (de hecho, Maduro y los instaron a salir a las calles para dar fin a las protestas y barricadas opositoras).

La misión de la Unasur logró ayer que el gobierno acepte que se sienten a conversar el chavismo con la Mesa de la Unidad Democrática. Esto podría ser un avance, pero si la Unasur se sigue absteniendo de condenar los abusos del chavismo, lo más probable es que esta reunión solo sea una nueva forma de convalidar una fachada democrática y que el único resultado de la misma sea una inútil e hipócrita foto.