Luego de múltiples postergaciones, el pasado fin de semana se llevó a cabo el XXIV Congreso Nacional del Partido Aprista Peruano en donde el parlamentario Elías Rodriguez resultó elegido como secretario general institucional del partido. (Foto: Archivo El Comercio)
Luego de múltiples postergaciones, el pasado fin de semana se llevó a cabo el XXIV Congreso Nacional del Partido Aprista Peruano en donde el parlamentario Elías Rodriguez resultó elegido como secretario general institucional del partido. (Foto: Archivo El Comercio)
Editorial El Comercio

El fin de semana pasado se celebró el largamente postergado XXIV Congreso Nacional Ordinario del y se cumplió con la elección de la nueva dirigencia de la organización. No se puede decir lo mismo, sin embargo, con respecto al proyecto de renovación partidaria que las más diversas voces de Alfonso Ugarte habían anunciado.

El cambio, sostenían tirios y troyanos en el Partido Aprista Peruano, se hacía necesario tras el deslucido resultado de la Alianza Popular, que ellos habían integrado, en las elecciones del año pasado. En ellas, como se recuerda, , el candidato que había llegado a la presidencia en 1985 y en el 2006, y que en el 2001 había pasado por lo menos a la segunda vuelta, acabó quinto y solo cosechó un 5,83% del voto ciudadano.

Como en tantos otros contextos humanos, no obstante, en las tiendas políticas la alteración del statu quo es un asunto más fácil de tematizar que de llevar a la práctica. Y lo conocido de los rostros que desde uno u otro de los sectores partidarios se perfilaban en los días previos al referido Congreso como posibles aspirantes a las secretarías generales y demás cargos directivos sugerían que en ese evento no se produciría la excepción a esa regla.

De hecho, en un , comentábamos aquí la carta que Alan García había dirigido a los delegados un día antes de que se iniciara el cónclave y en la que, prescindiendo de cualquier reflexión autocrítica, daba señas de querer extender su tutela sobre la organización fundada por Haya de la Torre. Y el hecho de que ese mismo día en el evento fuese elegido presidente del partido ‘por aclamación’ –una dinámica que difícilmente puede fiscalizar la ONPE– pareció confirmar nuestras sospechas.

La circunstancia de que él luego declinara asumir el cargo, por cierto, no cambia el mensaje central que la algarada asambleística transmitió sobre quién continuaba sosteniendo el poder en Alfonso Ugarte.

Lo que vino después, además, fue la puesta en escena de un drama que tampoco dio la impresión de ser nuevo: discusiones sobre la conformación del padrón electoral, alteración del cronograma de actividades (incluyendo el día en que se debía elegir a las autoridades), retiro de una porción de los asistentes y de algunos de los potenciales candidatos a los puestos en disputa, acusaciones de irregularidades y cuestionamiento de los resultados…

El conflicto desatado es tan serio que dos de los cinco miembros de la célula parlamentaria aprista – y – la han emprendido contra la dirigencia recién elegida, que integran ostensiblemente otros dos integrantes de esa bancada: (secretario general institucional) y (presidente de la Dirección Política Nacional). Y entre los cargos que les hacen hay desde caricaturizaciones anecdóticas –“parecen muertos vivientes”– hasta imputaciones graves, como la de la ‘dádiva’ con la que, según Jorge del Castillo, los Sánchez Paredes beneficiaron a Elías Rodríguez con ocasión de su campaña congresal.

La respuesta del otro sector es, a decir verdad, bastante menos descalificadora. Mulder, por ejemplo, ha aludido a los que cuestionan las elecciones internas solamente con expresiones como “se picaron” o “demuestran no ser buenos perdedores”. Pero en última instancia no es eso lo que realmente importa.

Si no se respetaron las reglas establecidas para el proceso electoral o no se cumplió con los cupos de presencia femenina o juvenil en la nueva dirigencia, la respuesta del Jurado Nacional de Elecciones a la impugnación basada sobre esos argumentos –y presentada recientemente– nos lo revelará.

Lo fundamental, como es lógico, es saber si la anunciada renovación ha tenido o tendrá próximamente lugar. Y tenemos la impresión de que, gane uno u otro de los sectores en conflicto, esta tendrá que esperar hasta otra oportunidad, pues los protagonistas y la trama de la pieza que hemos visto representada en estos días sugieren a las claras que nada nuevo germina en el partido de la estrella.