El 30 de setiembre del 2019 el presidente Martín Vizcarra anunció la disolución del Congreso. El hecho, que fue el epílogo de una larga e infatigable pugna entre el Ejecutivo y el Legislativo, singará el año para la posteridad.
El 30 de setiembre del 2019 el presidente Martín Vizcarra anunció la disolución del Congreso. El hecho, que fue el epílogo de una larga e infatigable pugna entre el Ejecutivo y el Legislativo, singará el año para la posteridad.
Editorial El Comercio

Políticamente hablando, podría decirse que el 2019 fue un año corto –de apenas nueve meses– y turbulento. Que comenzó horas antes del 1 de enero, cuando miles de ciudadanos salieron a manifestarse en contra de la remoción de los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, y que terminó con la gente también en las calles el 30 de setiembre, cuando el Congreso fue disuelto. A partir de ahí, ingresamos a un período relativamente calmado, en el que el Ejecutivo gobierna sin mayor oposición y los partidos políticos buscan llamar la atención para una campaña que todavía no calienta. Por supuesto que dejar el recuento aquí sería inicuo, pues el quiebre político no ha evitado que, por ejemplo, los feminicidios dejen de crecer, la inseguridad ciudadana siga apuntándonos y la economía continúe aletargada.

Este es apenas un repaso sucinto –imposible englobarlo todo– de lo que nos dejaron los últimos 12 incansables meses.

Política. El protagonista del primer mes del año fue el fiscal Pedro Chávarry. Su decisión de en la víspera del Año Nuevo pasado gatilló una serie de manifestaciones ciudadanas que no solo lo obligaron a retroceder prontamente, sino que también desembocaron . Sin embargo, Chávarry continúa ocupando uno de los asientos en la Junta de Fiscales Supremos, a pesar de las gravísimas denuncias en su contra y gracias a la benefactora mayoría congresal que lo blindó sin rubor una y otra vez. Como hemos dicho , la permanencia de Chávarry, y de los fiscales Raúl Rodríguez Monteza y Tomás Gálvez Villegas, es una amenaza perpetua a las investigaciones del equipo especial.

La saga Lava Jato, por otro lado, continuó azotando a la política peruana más de lo que la había agitado en el 2018. El suceso más sobrecogedor fue , que se suicidó cuando la policía fue a detenerlo en su domicilio, a mediados de abril. A este hay que añadirles la primera condena obtenida en el país por la trama brasileña ––, la prisión preventiva de y del , el arresto domiciliario del , la aprehensión en Estados Unidos y, cómo no, la excarcelación de , dispuesta por el Tribunal Constitucional (TC) hace apenas unas semanas. Por no hablar, claro está, de las nuevas confesiones (Miguel Atala y Luis Nava, por ejemplo) y destapes que permiten ir armando, poco a poco, el rompecabezas del caso.

Pero el hecho más emblemático del 2019, sin duda alguna, fue dispuesta por el presidente el 30 de setiembre. Esa tarde, el mandatario, tras meses de choques continuos con el Legislativo, ‘interpretó fácticamente’ que la cuestión de confianza planteada por el entonces primer ministro Salvador del Solar –que buscaba detener la elección de los nuevos miembros del TC en el Parlamento– había sido rechazada. La constitucionalidad de la medida, que sienta un precedente temerario para los próximos gobiernos, .

Economía. Según las últimas proyecciones del Banco Central de Reserva (BCR), este será , cuando el mundo sufrió los estragos de la crisis financiera global. Creceríamos menos de 2,4%. La tibieza se explicaría, entre otras cosas, por la menor producción de los sectores primarios (particularmente de la minería, donde destaca la incapacidad del Gobierno para tratar conflictos como los de Las Bambas o Tía María), la inversión pública (la ejecución registra un desastroso 59%) y factores externos, como la guerra comercial entre EE.UU. y China.

Para , esta tasa de crecimiento impediría que alrededor de 60.000 peruanos salgan de la pobreza (y casi 13.000 de la pobreza extrema), y provocaría que el número de puestos de trabajo formales se incremente en apenas 1,4% y que los sueldos crezcan en 1,9% (lo que, ajustado a la inflación, termina por ser nulo).

Sociedad. Imposible cerrar este resumen sin destacar un dato estremecedor: este año ; la cifra más alta desde que el Estado lleva un recuento de estas, y un récord que rompe el que habíamos obtenido en el 2018. Aunado a ello, hasta noviembre, el Ministerio de la Mujer registraba 375 tentativas y más de 165.000 denuncias por violencia física, psicológica y sexual. .

La seguridad ciudadana, por otro lado, tampoco arroja nada halagüeño. Según una encuesta de de noviembre, en el último año y el 79% afirma sentirse menos seguro que en el 2018.

Estos y otros indicadores, en fin, nos arrojan un balance bastante aciago del 2019. De nuestra clase política, pero también de nosotros mismos, depende que la semblanza de los próximos 365 días sea más auspiciosa que la que hoy dejamos.