(Foto: Referencial)
(Foto: Referencial)
Editorial El Comercio

La violencia sexual es un problema extendido en nuestro país. La realidad que pintan los casos que casi diariamente se denuncian a través de los medios de comunicación está confirmada por las cifras oficiales. Esta semana, por ejemplo, el Ministerio de la Mujer reportó que entre enero y mayo de este año, sus centros de emergencia mujer (CEM) atendieron 2.323 casos de violación sexual. La cifra es 40% mayor que los 1.660 casos atendidos en el mismo período el año pasado.

Este aumento sin duda hace sonar las alarmas, pero podría tener una explicación. Betty Olano, directora ejecutiva del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de la Mujer, señaló a este Diario que estaría más bien relacionado con la expansión de la cobertura de los CEM. De los 296 centros que existen actualmente, 50 han sido implementados en el último año en comisarías. “Más del 75% de las mujeres que deciden denunciar acuden a estos lugares y reciben una atención integral”, indicó.

Los CEM no reciben denuncias, pero sí atienden a las víctimas de una manera más completa. Y si bien es cierto que, de acuerdo con expertos, no siempre están exentos de problemas, ofrecen orientación legal, defensa judicial y consejería psicológica. Aunque todavía no hay data suficiente, no es descabellado pensar que darles mayores herramientas y protección a las víctimas se traduzca en un aumento de las denuncias. Especialmente si consideramos que, muchas veces por falta de capacitación de los policías, el trato que suelen recibir las mujeres al acudir a las comisarías no es ideal.

Que se hayan atendido 2.323 casos de violación sexual en los CEM entre enero y mayo se traduce en un promedio de 15 víctimas cada día. Del total, el 70% fueron menores de edad. Esto, sin embargo, no refleja la real dimensión de la violencia sexual en el país, pues obvia que no todos los casos resultan en una denuncia y posterior atención. El 70,8% de las víctimas de violencia sexual no buscaron ayuda en ninguna institución pública, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del 2017.

En esta misma encuesta, el 65,4% de las mujeres peruanas reportaron haber sido violentadas física, psicológica o sexualmente por sus parejas. Esta cifra es menor que la del 2016, pero muy ligeramente(2,8 puntos porcentuales). Los feminicidios, por su parte, solo en lo que va del año han conseguido ya la tasa anual más alta del quinquenio: 62 mujeres.

El aumento en 40% de casos atendidos luego de que se habilitaran 50 centros más parece indicar que las mujeres se benefician efectivamente de los servicios que se les brindan. Pero si bien es cierto que el Gobierno está mostrando su compromiso (ha anunciado que este año se crearán otros cincuenta), el problema es que a esta velocidad estamos muy lejos de llegar a la que debería ser nuestra meta: que cada uno de los aproximadamente 1.900 distritos del país tenga un CEM. Bien haría el Ejecutivo en comprometerse con una promesa concreta que nos ayude a llegar más rápido al objetivo.