EDITORIAL

Hace tiempo que el proyecto de la lnea 2 del metro desbord todo lmite de proporcin y sensatez. Desde sus estimaciones iniciales el presupuesto del proyecto no hizo ms que subir hasta duplicarse y alcanzar la elefantisica cifra de US$6.500 millones en los que lo ha colocado Pro Inversin. Un monto mayor, como lo ha recordado Pedro Pablo Kuczynski en una entrevista con este Diario, al presupuestado para la refaccin del Canal de Panam e igual a tres quintos de lo que costara poner el servicio de agua potable a todo el Per, en donde se estima que 10 millones de peruanos no tienen conexiones de agua potable. De hecho, el 30% de los habitantes de la misma Lima que la lnea 2 atravesar no son alcanzados por la cobertura de Sedapal. Lo que har de la experiencia en este metro, ms que un viaje de Ate al Callao o viceversa, un viaje a otra dimensin digamos, a la de Suiza, que sin embargo terminar prontamente cuando el usuario vuelva a subir a una realidad en donde un tercio de las personas que ve no tiene acceso directo al agua potable.

As las cosas, el proyecto de la lnea 2por lo menos con el diseo de construccin con el que ha sido aprobado por el Gobierno parece ya ms un fetiche que un proyecto. Un privilegiar lo que ms podra impresionar como obra de nuestras actuales autoridades por sobre lo que ms podra beneficiar al pas.

Resulta difcil entender de otra manera la situacin. Ciertamente, con todo lo importante que la lnea es, no es, ni de cerca, la forma en que US$6.500 millones podran tener el mayor efecto sobre el PBI y la calidad de vida de los peruanos. Especialmente considerando que hay otras maneras de lograr lo que este metro se propone. Sin ir ms lejos, como tambin lo mencion Kuczynski, ya existe una infraestructura frrea la del ferrocarril central que hace el mismo recorrido que tendra la lnea 2. Por otra parte, aun siguiendo con la idea subterrnea, la planteada no es, ni mucho menos, la nica forma en que se ha podido disear la lnea 2. De hecho, si se insiste con el actual diseo, lo ms probable es que todo el proyecto acabe empantanado en comisiones investigadoras, con lo que solo lograra que en unos aos el trfico de Lima sea mucho ms en lugar de menos infernal.

Vale la pena precisar que cuando hablamos del actual diseo hablamos de un trazo que costar US$186 millones por kilmetro, lo que es casi el doble de lo que est costando la lnea 6 del metro de Santiago (US$94 millones por km), ms del doble de la lnea 12 del metro de Mxico (US$89 millones por km) y dos tercios ms que la lnea 2 del metro de Quito. Incluso las seis lneas del Metro de Ryad, en la megarrica Arabia Saud, costaron solo US$124 millones por kilmetro. En general, con algunas pocas excepciones, el costo de la mayor parte de los metros del mundo no pasa de los US$100 millones por kilmetro. Cules son las razones para justificar estos precios en Lima? Pues la principal parece ser que se ha decidido hacer el tnel de la lnea a una profundidad mnima de 25 metros, en lugar de hacerlo por medio del sistema de trinchera cubierta, que hubiera supuesto una profundidad de solo 6 metros. Aunque tambin hay otras. Un ejemplo es el nmero de trenes propuesto: 70 trenes, para 35 kilmetros, mientras la lnea 1 considera como mximo 24 trenes para 34 kilmetros. Incluso en fin, el diseo legal de la concesin podra haber elevado el costo: el concepto de juntar en un solo contrato la construccin y la operacin obliga a que los postores incorporen demasiados riesgos en el monto de su oferta. Debieron separarse los dos procesos como se hizo en la lnea 1 cuyo costo a valor actual no super los US$2.100 millones.

Desde luego, existe la posibilidad de que el culpable directo de toda esta situacin no sea el gobierno, sino el tercero que al que se contrat para que disee el proyecto. Sea como fuese, hay que enmendar cuanto antes ello y pedirles a los tres consorcios precalificados que, en un plazo corto, presenten diseos alternativos que optimicen los costos. Como est planteado, este es un tren que se descarrilar ms temprano que tarde, sin que haya necesidad de recorrer sus vas para saberlo.