¿Pudo Napoleón ser rey del Perú?, por Roxanne Chessman
¿Pudo Napoleón ser rey del Perú?, por Roxanne Chessman
Redacción EC

En el Palacio Farnesio de Roma, Augusto Ferrero, jurista, musicólogo y ex embajador del Perú en Italia, presentó hace unos días su libro “Napoleone e il Perù” ante intelectuales y diplomáticos europeos. Reúne en él numerosos documentos autógrafos de Bonaparte y de otros personajes como su madre, Leticia Ramolino ‘Madame Mère’, de sus hermanos e incluso del marqués de Mirabeau, conductor de la primera etapa de la Revolución Francesa. Pero un novedoso tema de gran interés es la enigmática propuesta para rescatar a Napoleón de su prisión en Santa Elena y traerlo como monarca del Perú.

El Corso fue, es cierto, uno de los causantes de la independencia sudamericana. Su invasión a España, después de forzar la abdicación de Carlos IV y la de su hijo Fernando VII, para imponer como nuevo rey a su hermano José Bonaparte, ‘Pepe Botella’, tuvo dramáticas consecuencias en este lado del mundo. Los criollos de América española consideraron rota su relación de vasallaje con la nueva autoridad peninsular e inclusive con la Junta Central y la Regencia que representaban a Fernando VII y resistían a Napoleón. Por ello se crearon las juntas de gobierno criollas en Caracas, Buenos Aires, Santiago, etc., primero legitimistas y después abiertamente independentistas.

Pero un detalle anterior es que Napoleón, como general enviado por los revolucionarios de Francia a la toma de Egipto en 1795, llevaba el propósito oculto de continuar avanzando hacia la India, para despojar a Inglaterra de sus más importantes colonias. Esta idea, recreada en sentido inverso, hizo que el inglés John Maitland propusiera años después que para debilitar a España, un ejército inglés debía tomar Buenos Aires, desplazarse por tierra, atravesar la cordillera, tomar Santiago y desde allí, por vía marítima, llegar al Perú e independizar todos estos países. Este fue el plan, que un jesuita habría entregado a Francisco de Miranda y de cuya biblioteca San Martín tomó la idea.

Son esos los vínculos indirectos de Napoleón con la independencia. Pero ahora, como informa Ferrero, los historiadores (Cristopher Woodward. “History Today”, 2005; y Emilio Ocampo, “La última campaña del emperador Napoleón”, 2007) apuntan a otra posibilidad. Según ellos, entre 1817 y 1820 el almirante Thomas Cochrane habría proyectado y posiblemente planteado a San Martín y al gobierno de O’Higgins en Chile un arriesgado plan: enviar dos navíos de guerra hasta Santa Elena, en el Atlántico, atacar el contingente de Hudson Lowe, carcelero de Napoleón, y trasladar al ex emperador al Perú, país que por su monarquismo requería de una fuerte autoridad real. ¿Fue conocido este plan por San Martín antes de su expedición al Perú? ¿Convino en él por sus tesis monarquistas? Tal vez el único que lo supo fue Bernardo de Monteagudo, el hombre de confianza del libertador.

Ya Bolívar en varias de sus cartas expresaba el temor de que en cualquier momento Napoleón huyera y buscara “apoderarse de uno de los nuevos países” para ejercer su poder. Así, la de Cochrane era una propuesta factible y, tal vez, hombres como Andrés de Santa Cruz, el más ferviente admirador de Napoleón y al que buscó imitar en muchos temas, hubieran apoyado la acción. Pero Napoleón murió en 1821, según se dice, envenenado con arsénico, y el plan, como muchos otros proyectos u hojas de ruta, quedó solo en eso, en un plan.