"Hoy el Gobierno debe posicionarse como guía legítimo y creíble de la actividad económica en el ámbito nacional, al tiempo que escucha las preocupaciones y necesidades de los usuarios y ofertantes de la industria". (Foto: GEC)
"Hoy el Gobierno debe posicionarse como guía legítimo y creíble de la actividad económica en el ámbito nacional, al tiempo que escucha las preocupaciones y necesidades de los usuarios y ofertantes de la industria". (Foto: GEC)
/ ROLLY REYNA
Editorial El Comercio

El Perú ha tenido dos historias de éxito global en las últimas décadas. La primera es la minería y la segunda es la agroexportación. En paralelo, años más recientes han ido encontrando oportunidades enormes de crecimiento exponencial del sello Perú en su industria gastronómica y en su pariente cercano, el . La llegada de turistas internacionales casi se duplicó entre el 2010 y el 2019, al pasar de 2,3 millones a 4,5 millones, y trajo más de US$5.000 millones en divisas solo en el último año.

Este dinamismo ha caído en una pausa abrupta y de duración incierta. Naturalmente, el turismo y sus actividades vinculadas han sido los más golpeados durante la crisis causada por el COVID-19. De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT), durante la primera mitad del año el número de turistas internacionales en el mundo cayó 65%, y solo en junio el número fue 93% menor que el registrado en el mismo período del 2019. En el Perú, la actividad de los alojamientos se redujo en 98,2% en el segundo trimestre del año –prácticamente desapareció–.

Con el reciente anuncio del regreso de los vuelos internacionales el 5 de octubre, los trabajadores del sector, los empresarios y el país en general deben empezar a prepararse para lo que será un largo y lento proceso de recuperación. Tomará años para que el flujo de turistas global vuelva a los niveles prepandemia, y la imagen del Perú como uno de los países más afectados por el virus sin duda no ayudará a su pronto posicionamiento como destino internacional. Algunos negocios deberán cerrar, independientemente del apoyo temporal que puedan recibir del Estado. Ser realistas sobre las posibilidades reales del turismo ayudará a tomar mejores decisiones a los responsables de las políticas públicas y a quienes dependen de este en su día a día.

Aun así, el sector no debe desaparecer. De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el turismo es responsable de la creación de más de un millón de puestos de trabajo, entre directos e indirectos. Una de sus características más importantes es su potencial para llevar progreso sostenible a zonas del país donde el desarrollo de otras actividades económicas es difícil, y aún más en tiempos de crisis. Siguiendo los protocolos adecuados, el turismo interno debe empezar poco a poco a tomar importancia mientras llegan los visitantes de fuera.

Para ello, el Gobierno debe garantizar que las instalaciones necesarias para la operación del sector ofrezcan seguridades sanitarias suficientes a los interesados. La demanda depende de ello. Asimismo, debe apoyar en el restablecimiento progresivo de las vías de transporte dentro del país. Sobre todo, debe hacer lo posible para darles algún nivel de predictibilidad a los empresarios y trabajadores, de modo que estos puedan planear en función de las medidas de restricción que aún se apliquen en sus zonas de operación. La improvisación con la que el Gobierno da la impresión de haber estado manejando las decisiones de aforo, desplazamientos, cuarentenas, toques de queda, entre otras, hace mucho daño al sector.

Hoy el Gobierno debe posicionarse como guía legítimo y creíble de la actividad económica en el ámbito nacional, al tiempo que escucha las preocupaciones y necesidades de los usuarios y ofertantes de la industria. El Perú, con una enorme ventaja comparativa en potencial turístico, tendrá que hacer lo posible para recuperar el dinamismo de un sector llamado a ser una fuente formidable de ingresos, divisas y empleo. El camino no será fácil, pero una adecuada coordinación público-privada puede ayudar a hacerlo más corto.