1914
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Redacción EC

El conde Tisza, primer ministro , obtuvo que el Congreso aplazara el debate sobre las relaciones austriacas con , declarando que la situación era grave, pero no resultaba imposible una solución pacífica. En reina la ansiedad y los funcionarios y militares han recibido orden de abreviar sus licencias y volver a sus puestos. La gran mayoría de la prensa europea, sobre todo la de y la de , espera que Serbia ceda y que no intervenga, lo cual evitaría la guerra. En Berlín se cree que Serbia dará a Austria las satisfacciones solicitadas.