1915: Reflexión de Jueves Santo
1915: Reflexión de Jueves Santo
Redacción EC

Cristo sublime, Cristo puro, Cristo bueno; los dolores del mundo te afligen y la crueldad de los hombres te abruma. La guerra, la maldita guerra, cubre con el negro crespón de la muerte y el rojo sudario de la sangre los campos libres que pudieron ser fecundados; y sobre la desolada faz del universo, se refleja la ruina de la humanidad. Ante esos cadáveres que aún empuñan las armas, ante esos brazos inmóviles que animara el odio y que ni la muerte ha podido desarmar, solo nos resta volver los ojos hacia Cristo divino y misericordioso.