Cover girl, por Damita de Hierro
Cover girl, por Damita de Hierro
Redacción EC

DAMITA DE HIERRO

Ya todos sabíamos que a Nadine Heredia le gustan las luces. Lo sabemos no solo por la encantadora forma que tiene de mirar a la cámara, por ese coqueto video que circuló por Internet de sus épocas de estudiante de comunicaciones, por la foto que colgó –muy atinada– sobrevolando el Vraem y anunciando sonriente la caída de ‘Artemio’, sino que lo sabemos también por la amable disposición que mostraba para aparecer en el canal del Estado cada vez que se la requería o zanjar asuntos de gobierno con su escueta, pero precisa, frase bandera (“no está en agenda”).

Su último roce con el público, sin embargo, parece mostrar su lado más recatado. Y es que, después de declaraciones algo sueltas de lengua (que más de un impulsivo y vil suegro seguro habrá diagnosticado como producto de estar embriagada de poder), se arrepintió de haber hecho pública información que reconoce debió haber mantenido solo para sí misma. 
Pero, ¿qué puede haber incomodado tanto a Nadine? Peores cosas que hablar sobre las características zoológicas de algunos personajes públicos (el “zorro de la política” Villanueva o los “tentáculos” de Alan) ya ha hecho. Y, a estas alturas, ya todos sabíamos que ella es la preferida de los ministros (ya sea para pedir luces verdes o para encontrar algo de tranquilidad emocional ante un inminente despido).

Quizás la respuesta se encuentre en algo más sutil. Rondando aquella parte de la entrevista donde, acusando a sus críticos de “machismo encubierto”, aprovecha para darle un mensaje cómplice a las mujeres del Perú: “hay que empoderarse. Ustedes lideran sus casas y sus familias”. ¿Alguien dijo cogobierno?