En defensa de Manuel Burga, por Rogelio

El enredo que vive nuestro fútbol evidencia nuevamente la antipatía contra Manuel Burga. Creemos, sin embargo, que esta vez Burga está siendo tratado injustamente.

Primero, nadie resalta que Burga reconoció finalmente que se equivoca. “Solo Dios y los imbéciles nunca se equivocan; no soy Dios ni imbécil y me equivoqué”, aclaró don Manuel en una comentada entrevista. Así, despejaba dudas sobre por qué cometía errores.

Segundo, las quejas contra la re-re-reelección burguística no captan la esencia del asunto: a Burga nadie lo purga. Aceptémoslo ya: Burga es nuestro karma y ninguna ley antirreelección o megaproceso lo vencerá. Lo ha dicho el propio Manuel: “Represento a la democracia del fútbol peruano” y sabido es que, en la democracia peruana, las reelecciones son a la cubana. Burga seguirá al mando y nuestro consejo a quienes quieren ver a su selección en el Mundial es simple: nacionalícense alemanes.

Finalmente, Burga será poco querido, pero el domingo confirmó ser nuestra mejor alternativa para librarnos del mal mayor. Haciendo bueno eso de matar dos karmas de un tiro, Burga le ha propuesto al Congreso “darnos una doble alegría”: se retirará del fútbol solo si se prohíbe la reelección de los parlamentarios. Gracias sinceras, Manuel. Más que una doble alegría, sin duda se acercaría mucho a eso que llaman la felicidad.