Maduro arrepentido, por Damita de Hierro
Maduro arrepentido, por Damita de Hierro
Redacción EC

Nicolás Maduro parece no haber podido ser inmune al fin de año, época de reflexión. Según fuentes oficiales a las que tuvimos acceso, el presidente está profundamente arrepentido por unas infelices declaraciones que dio a lo largo de diciembre, sin duda inducido al error por la ansiedad que acarrea el mes más alegre, nostálgico e imperialista de todos.

Diversas hipótesis especulan acerca de cuál de todos los deslices le habría dolido más, aunque todas se refieren a frases que nacieron a raíz de las amenazas norteamericanas de imponer sanciones a la República Bolivariana. Algunos creen que sus fueron las que más remordimiento le han traído (“Yo creo que hay que recoger firmas y mandarlas con la foto de una visa norteamericana para que ellos agarren su visa y se la metan por donde tienen que meterse esa visa [...] insolentes yanquis del norte, por donde tienen que meterse las sanciones”), otros aseguran que fue el “¡imbéciles imperialistas!” de mediados de mes, o tal vez la , mientras los más perspicaces ven en su vaticinio de un “gran terremoto” que nunca ocurrió la gota que derramó el vaso lleno del vino de la vergüenza.

Desde aquí, sin embargo, barajamos la hipótesis de que la frase a la que se refería el presidente es la siguiente: “Estados Unidos cree que sancionando a Venezuela vamos a soltar al asesino [Leopoldo López]. Aquí no hay forma […] de que ustedes puedan presionarnos para nada porque Venezuela es un país libre”. Después de todo, lo que más duele siempre es la mentira.