Ollanta Humala en campaña, 2010.
Ollanta Humala en campaña, 2010.

En el anlisis de la opinin pblica las encuestas son vitales, pero existen algunas diferencias entre aquellas encuestas que se usan para seguir la coyuntura y otras que tratan de medir tendencias estructurales en la sociedad.

Las primeras sirven para captar el humor ciudadano respecto a temas de actualidad y a ciertos indicadores tpicos, como la aprobacin del gobernante de turno. Sin embargo, por su naturaleza coyuntural, este tipo de herramientas cuantitativas tiene limitaciones para un anlisis social ms profundo.

Las encuestas que tratan de medir tendencias sociales son ms tiles para la investigacin social. Aqu tenemos preguntas que profundizan en la superficialidad de otras mediciones e interrogantes que son medidas peridicamente, con lo que se gana en comparabilidad.

Para el caso peruano, tenemos esfuerzos internacionales como el Latinobarmetro o el Barmetro de las Amricas, pero tambin tenemos instituciones nacionales que realizan este esfuerzo acadmico de entender la evolucin de la opinin pblica. Un ejemplo reciente es la encuesta del Instituto de Opinin Pblica de la Universidad Catlica (IOP).

Esta encuesta permite comparar los cambios del 2011 al 2016, ambas mediciones previas a las elecciones, en algunas preguntas claves. Aqu resalto algunos resultados significativos. Por ejemplo, la proporcin de personas que prefieren realizar cambios radicales en la orientacin de la poltica econmica ha aumentado de 33% a 39,6% en los ltimos cinco aos. Asimismo, ha crecido el porcentaje de personas que opinan que la sociedad debe mejorarse a travs de cambios radicales de 35,9% en el 2011 a 43,7% en el 2016.

El motor de estos cambios radicales se ubica en el propio Estado. En los ltimos cinco aos, la idea de que promover una mayor intervencin del Estado en la economa es la nica forma en la que el Per puede desarrollarse ha pasado de 42% a 51,6%.

Un Estado retrado y que no regule el desempeo del mercado en aspectos claves es quiz una razn de por qu los ciudadanos se sientan nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia, la que ha pasado de 10,6% en el 2011 a 21,4% en el 2016.

En las elecciones del 2011, estas tendencias se expresaron en el voto por Ollanta Humala. Pese a su moderacin y alineacin con la hoja de ruta, Humala como candidato expres un deseo de cambio en el modelo econmico y de una mayor intervencin del Estado. Las cifras recogidas por el IOP indican que estas expectativas de cambios radicales y de intervencin del Estado han aumentado, por lo que podra pensarse que ese espacio pudo haberlo ocupado un candidato ms radical que Ollanta Humala, quiz un Antauro Humala, pero no ha sido as.

Pese a exigir estos cambios y evaluar pobremente a la democracia, los ciudadanos an confan en algunos mecanismos del sistema, por ejemplo, en el valor del voto. La mitad de los peruanos consultados en esta encuesta expresaron que el voto s tiene un gran efecto en lo que sucede en el pas.

Este resultado es sorprendente dadas las continuas desilusiones de candidatos que ofrecieron cambios y luego gobernaron con piloto automtico (como Humala) o que viraron hacia otra direccin (como Garca). Este resultado puede ser una expresin de que lo que se busca no es un candidato antisistema, es decir, uno que se tumbe el actual modelo para refundar otro, sino uno que como deca un viejo profesor haga al Estado por fin funcionar.

Sea quien sea el ganador en estas elecciones, la tarea que tiene delante es inmensa, antes de que efectivamente los ciudadanos busquen estos cambios radicales en alguien que quiera rehacer todo de cero.