Cuentas en campaña, por Arturo Maldonado
Cuentas en campaña, por Arturo Maldonado
Arturo Maldonado

El presidente aún no ha convocado a elecciones, lo que hace, según la ley, que no se inicie oficialmente la campaña electoral. Esto es conveniente, pues si la campaña no empieza, todos los gastos que hacen los partidos en este período no serían parte del registro y la contabilidad que establece el .

Sin embargo, para fines prácticos, la campaña ya empezó y los candidatos calientan motores. Varios están organizando mítines proselitistas para lanzar su candidatura, como Alan García hace unos días; para distanciarse del empresariado, como Keiko Fujimori en San Martín de Porres; o para celebrar aniversarios, como Milton von Hesse y el Partido Nacionalista.

Toda pareja que haya celebrado un matrimonio o toda familia que haya organizado un cumpleaños, un quinceañero o un aniversario tiene una idea acerca de los costos de tales eventos. No son pocos. Los gastos muchas veces sobreviven meses, y hasta años, después de la celebración. Dependiendo de la magnitud del evento, estos demandan estrados, toldos, equipos de sonido, orquestas, mesas, sillas y parafernalia como flores o globos.

Algo similar ocurre con los mítines de campaña. Cuando uno los observa, ve un despliegue importante de recursos. No debe ser fácil costear el alquiler de un coliseo como el Chamochumbi, en Magdalena del Mar, desplegar un estrado impresionante, con dos pantallas gigantes, sonido estéreo, luces, sillas para los asistentes y hora loca con pica pica al ritmo de “Es mi Perú” en versión cumbia. No debe ser sencillo tampoco montar un evento en un lugar público como la plaza San Martín. El Partido Nacionalista debe haber invertido bastante dinero en el alquiler de luces psicodélicas, un estrado de grandes dimensiones, equipo de sonido. Eso sin considerar los polos para los participantes y las banderas nacionalistas. El fujimorismo debe haber abierto también la billetera para costear sus actos proselitistas. 

La hace esfuerzos para que los partidos reporten sus ingresos y egresos de campaña. Los formatos que los partidos políticos tienen que usar para detallar sus gastos están disponibles en la web. Ahí se aprecia que estas organizaciones tienen que incluir los detalles del desembolso y los datos del proveedor, con razón social y RUC. La reglamentación especifica también que personas naturales o jurídicas pueden aportar al partido en especies. No vaya a ser que los partidos luego digan que los estrados y equipos de sonidos fueron donaciones de partidarios desinteresados.

El origen de estos fondos y el reporte de los gastos de campaña es un tema controversial. El Partido Nacionalista se ha metido en muchos líos por las finanzas de la campaña anterior; sin embargo, esta falta de transparencia en el manejo de los fondos no es exclusividad de este partido, sino es general. Algún candidato que quiera marcar la diferencia en esta campaña podría proponer una apertura total en sus ingresos y egresos. Es difícil y hasta ingenuo pensar en ello, pero el rédito político que un gesto como este podría brindar no es poca cosa. 

Los ciudadanos agradeceríamos la sinceridad, aunque no necesariamente con votos. Los medios de comunicación podrían también preguntarles (de nuevo) a los candidatos acerca de sus fondos y del financiamiento de sus eventos proselitistas, que ya empezaron, y de los cuales no sabemos si la plata llega sola o si llega de rifas fantasmas.