Huancavelica sin romance, por Richard Webb
Huancavelica sin romance, por Richard Webb
Richard Webb

nos abrió los ojos a la sierra, y lo hizo cultivando un estilo de brutal representación que le mereció el calificativo de ser “el pintor de lo feo”. Uno de sus cuadros icónicos retrata con líneas fuertes y colores elementales a la Plaza de Armas de . Su hijo, el ingeniero agrónomo , nos dejó la más certera explicación de lo que era la vida del agricultor en ese departamento a mediados del siglo XX.

Influido sin duda por el origen serrano y las simpatías indigenistas de su padre, Sabogal Wiesse dedicó su vida con evidente cariño a conocer y mejorar la situación del campesino productor. Estudió Sociología en la Polonia comunista de entonces, y trabajó para el Banco Agrario en la sierra central y luego en sucesivos esfuerzos de reforma agraria de los gobiernos de Prado, y . Pero, como el célebre pintor, sus ojos siempre estaban abiertos a una realidad más allá del romance.

Así, empieza su explicación sobre el retraso agricultor de Huancavelica. Se refiere, por un lado, a un campesinado “ignorante y retrógrado” y, por otro, a propietarios de grandes fundos que residen en la capital “dedicados a las pequeñas rencillas e intrigas de la política lugareña”.

Sobre las comunidades, Sabogal Wiesse dice: “Me parecen más recientes que la opinión generalizada y estereotipada sobre un origen incaico y romántico de ellas... La existencia de pequeñas propiedades privadas enclavadas en su seno dicen de un origen tal vez reciente”. Las autoridades comuneras “son generalmente blancas, inmorales e ignorantes, carentes de espíritu de cuerpo... Buscan su provecho acuciosamente y posiblemente se debe a ellas la existencia de la pequeña propiedad inmergida y fraccionada en los terrenos comunales... Se carece de aquel espíritu de solidaridad que se proclama muchas veces en la costa y solo existe una lucha sorda por apoderarse del dinero y de las tierras”. En las comunidades, “el provecho personal es la norma y el acicate en los trabajos... El espíritu cooperativo que se les atribuye, y ha sido enaltecido, es muy limitado. Esta ausencia de una sana colaboración es el principal defecto para el futuro”.

No obstante, no todo son malas noticias. En un texto publicado en 1952, Sabogal Wiesse observa que a partir de 1945 se ha producido una elevación de los precios de los alimentos, en especial los provenientes de la sierra, lo que impacta sobre muchos remotos y pequeños poblados, en especial “en los lugares que poseen vías de comunicación”, produciendo un aumento de las construcciones en cada lugar, así como de los camiones existentes. También, “en el fondo de los valles, al borde de los poblados, se observa parcelitas, bordeadas de árboles... espléndidamente cultivadas... pequeña propiedad, enclavada dentro de los extensos terrenos de los latifundios o en las mismas comunidades. Su origen es nebuloso..., posiblemente provienen de despojos legalizados tanto a las haciendas como a las comunidades”.

Mirando al futuro, Sabogal Wiesse apuesta por los caminos, las cooperativas y el crédito. Huancavelica tiene la capacidad para producir más papas y exportarlas a la costa “siempre que poseyeran las vías de comunicación indispensables”. Pero más que una receta exacta, lo que nos deja Sabogal Wiesse es una lección para mirar con ojos abiertos.