Fondos de pensiones crecieron en 2016 en medio de volatilidad
Fondos de pensiones crecieron en 2016 en medio de volatilidad
Enzo Defilippi

Un gran revuelo ha causado la noticia de que las utilidades de las AFP aumentaron sustancialmente (11,5%) durante el 2018, a pesar de que perdieron dinero dos de los cuatro fondos en los que están invertidos los ahorros para nuestra jubilación. Mucha gente piensa que esto es inaceptable, e inclusive la congresista Marisa Glave ha pedido que la Comisión de Economía del Congreso cite a funcionarios de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y de la Asociación de AFP para que expliquen por qué se ha producido esta situación.

Lo que ocurrió, en realidad, no es difícil de explicar. En el 2018 se produjo una corrección del precio de muchas de las acciones y activos financieros en los que están invertidos los fondos previsionales. Ello redujo el valor de muchos portafolios, no solo el de aquellos administrados por las AFP.

La diferencia entre la rentabilidad de las AFP y la de los fondos que invierten por nuestra cuenta se debe a que si bien las primeras son remuneradas para invertir de la mejor manera (sus comisiones están estructuradas para que tengan incentivos para hacerlo), ello no implica que garanticen resultados positivos todos los años. Si se lo exigiésemos, sus comisiones deberían ser mucho más altas (porque la actividad acarrearía mucho más riesgo) y la rentabilidad de nuestro dinero sería sustancialmente menor (porque estaría invertido en activos de bajo riesgo que también generan baja rentabilidad). Es decir, terminaríamos pagando más por pensiones bastante menores.

Por otro lado, no hay que perder de vista que cuando hablamos de ahorros para la jubilación, la rentabilidad que importa no es la de un año, sino aquella acumulada en el largo plazo. Y la de los fondos administrados por las AFP no es baja. El promedio ponderado de la rentabilidad anual acumulada durante los últimos 12 años ha sido 8,27%. Y aquella acumulada durante los últimos cinco años fue de 6,22% para el fondo 1, 6,92% para el fondo 2, y 5,53% para el fondo 3. Nada mal.

Yo creo que el problema realmente importante del sistema previsional peruano no es ese, sino las excesivas comisiones que cobran las AFP. Estas les generan una rentabilidad que no es compatible con la de un mercado razonablemente competitivo. Según la SBS, la rentabilidad sobre patrimonio (ROE) de las cuatro AFP promedió 18,3% al año durante el trienio 2016-2018. La de la más rentable, nada menos que 24,7%. Niveles que revelan, sin lugar a duda, un insuficiente grado de competencia en este mercado.

Las AFP no son más que un tipo especial de administrador de fondos. El hecho de que cobren comisiones más altas que cualquier administrador de fondos revela que existen barreras que inhiben la entrada de más competidores. Muy probablemente porque a diferencia de un gestor de inversiones cualquiera, las AFP también deben encargarse de administrar el pago de pensiones, una actividad que requiere mayor nivel de regulación y solvencia.

Si lo pensamos bien, no existe razón de que sea así. Separar la gestión de los fondos de la administración de las pensiones facilitaría el ingreso de competidores y reduciría el nivel de las comisiones. Y ese, no la rentabilidad de los fondos en tal o cual año, es el quid del asunto.