Racismo y xenofobia, por Arturo Maldonado
Racismo y xenofobia, por Arturo Maldonado
Arturo Maldonado

Apenas conocidos los resultados de la segunda vuelta del 2011 se disparó en las redes sociales una serie de comentarios racistas dirigidos a la base social que había llevado a Humala a la presidencia. La página en Facebook Vergüenza Democrática recogió estos comentarios y los guarda para muestra de los niveles de intolerancia a los que llegaron algunas personas. Algunos podrían atribuir estos comentarios a la falta de educación o a la cultura política del Perú. Sin duda, estos factores tienen que ver con estas manifestaciones de desprecio y odio hacia otros compatriotas. Sin embargo, otros países con promedios educativos más altos y con culturas políticas diferentes no son ajenos a estas expresiones.

Luego del referéndum en el Reino Unido para decidir su continuidad o no en la Unión Europea, se ha registrado también una ola de racismo y xenofobia en las redes sociales. La página Worrying Signs de Facebook compila estos comentarios y los medios de comunicación local han reportado varios casos de incidentes xenofóbicos. El destinatario en este caso son los migrantes, particularmente los de países pobres de la Unión Europea como Polonia.

¿Cuál es la causa que gatilla estos comportamientos racistas y xenofóbicos? Muchas veces estas personas en su día a día no manifiestan estas actitudes, sino que, por el contrario, pueden ser amables y solidarias con esos “otros”. Estas actitudes, sin embargo, se encuentran latentes y basta un episodio de amenaza para que afloren. En el caso de la elección peruana, el miedo a perder lo ganado fue el combustible de esta ola de comentarios. Muchos aludían al desastre económico que se avecinaba con la administración nacionalista. Los emisores eran ciudadanos que se beneficiaron con este período de crecimiento, que acusaban a los ciudadanos del sur andino de amenazar esta prosperidad y que no entendían cómo esos ciudadanos que no se habían beneficiado buscaban un cambio. Esta falta de empatía y capacidad de ponerse en los zapatos del otro es un ejemplo de la reacción que se genera ante una amenaza a un statu quo que un individuo busca mantener.

En el caso británico los resultados del referéndum les han dado viada a aquellos que se sentían amenazados para manifestar estos comportamientos discriminatorios públicamente. Se trata al parecer de ciudadanos que añoran un pasado que probablemente no existió o que es muy lejano: un pasado donde Gran Bretaña no estaba sometida a los intereses alemanes y donde el grupo anglosajón dominaba y no se veía amenazado por la migración facilitada por los acuerdos europeos. El lema de “make Britain white again” es claro en su mensaje y resuena como un eco de la realidad electoral que vive otro país de cara a una elección. En Estados Unidos, Trump es el vocero de estos ciudadanos que buscan restablecer un orden descalabrado por la migración y que intenta implementar una política de persecución a los migrantes y de prohibición de la movilidad.

Mirando en retrospectiva, muchos de los mensajes luego de la elección del 2011 aparecen como ridículos: gente que se pensaba ir del país o que se ofrecía para colaborar en un golpe de Estado. Sin embargo, lo ridículo esconde un peligro real, que estos mensajes tengan voceros en la política y que se implementen o se bloqueen políticas públicas sobre la base de estos enconos. Tenemos ejemplos que van desde Isaac Humala hasta Julio Rosas. En una elección futura, no vaya a ser que ante una amenaza aparezca un representante a clamar un Perú cobrizo o un Perú solo para un grupo social: un mensaje ridículo y a la vez peligroso.