Sembrar y cosechar en la izquierda, por Arturo Maldonado
Sembrar y cosechar en la izquierda, por Arturo Maldonado
Arturo Maldonado

El domingo, un programa periodístico ofreció un balance de los más voceados candidatos a la presidencia. La conclusión es desalentadora: se exhibieron las principales denuncias penales de Alan García, Alejandro Toledo y Daniel Urresti. Se mencionó el tema espinoso del financiamiento de los estudios de Keiko Fujimori. En ese contexto, salió relativamente bien parado al no tener denuncias penales. Si todo sigue igual, la próxima campaña estará centrada en las denuncias judiciales y no en las propuestas programáticas. La posición de los candidatos en relación con la educación, la reforma universitaria, el servicio civil, la unión civil o la despenalización del aborto en casos de violación quedará empañada en medio del fango judicial que se vislumbra.

En este panorama, la congresista ha deslizado su precandidatura presidencial desde la izquierda. Esa sería una buena noticia para este sector político. Quizá en estos momentos no exista mejor figura desde esa trinchera. 

Mendoza está en el límite de edad para poder postular a la presidencia, lo que puede jugar a su favor, pues juventud se asocia con frescura y renovación, cualidades que contrastan con el actual grupo de candidatos presidenciales; aunque algunos puedan señalar que juventud es inexperiencia, pero en Mendoza su paso por el Congreso fortalece su posición. En su propio campo, sin embargo, no la tiene fácil. Debe lidiar con otros precandidatos de izquierda, con viejos zorros de arriba y de abajo, y con figuras poco carismáticas como . Para romper con el dominio de cúpulas y el caudillismo, Sembrar, la agrupación detrás de Mendoza, propone que la selección de candidatos se haga en elecciones primarias. La intención es buena, pero el resultado puede ser como aquellas elecciones de inicios del siglo XX, que se convertían en batallas campales de quién podía llevar más electores, y así el resultado no siempre es el mejor. 

Esta es también una buena noticia para lo que el politólogo estadounidense Steven Levitsky ha nombrado los “huérfanos electorales”, es decir, aquellos votantes de centroizquierda a izquierda. Este bolsón electoral hoy no tiene un candidato, tiene un mal menor. Un postulante que represente a ese sector es asimismo una buena noticia para los votantes en general. Cuando se tiene un grupo de candidatos que no se diferencian mucho entre ellos, la evaluación se le hace difícil al elector y podría estar centrada en aspectos como los que vemos hoy, las denuncias penales. Cuando aparece un candidato que sacude este letargo electoral, entonces la competencia se puede ordenar en términos programáticos. Así, el elector podría diferenciar mejor a los candidatos en temas centrales. En ese sentido, la aparición de una buena (pre)candidata de izquierda es a la vez una buena noticia para los votantes menos progresistas y más conservadores, porque podrán distinguir qué candidato se opone mejor a Mendoza.

Este grupo electoral conservador es numeroso, si no mayoritario en el Perú, por lo que la candidatura de Mendoza, si es elegida en las primarias, tendrá que remar cuesta arriba. Hoy ningún candidato de izquierda aparece en las preferencias ciudadanas y el tiempo se acorta. Las posibilidades presidenciales de cualquier candidato de izquierda, en ese contexto, se reducen cada día. Así, quizá para Mendoza, y en general para la izquierda, este sea el momento de aspirar solo a una representación congresal significativa. Tal vez este sea el tiempo de sembrar. Si logran una renovación efectiva de la izquierda ahora, el momento se cosechar podría ser en el 2021.