"Que no se debe prohibir el aporte privado a las campañas, siempre que tenga tope y sea transparente".
"Que no se debe prohibir el aporte privado a las campañas, siempre que tenga tope y sea transparente".
/ EDITORES FOTO > ALONSO CHERO
Fernando Vivas

Caray, a la del 2011 entraron fortunas. El miedo al chavismo rompió las alcancías de la élite empresarial que, esa vez, hinchó por . Con razón, Jorge Barata se perturbó cuando le dijo que debía aportar a Humala (pues así lo requería el PT de Lula). El subordinado tuvo que acatar, pero no sin antes obtener un aumento para Keiko. Barata era parte de esa élite y su corazón hinchaba por ella, aunque en sus primeras manifestaciones fiscales la llamara ‘fría y distante’.

Habría que ser muy ingenuo para abandonar la hipótesis del lavado y ‘pitufeo’ del aporte de Odebrecht, porque ahora resulta que, según confesión de Dionisio Romero Paoletti, el BCP aportó US$3’600.000; el triple del US$1’200.000 que habría aportado Odebrecht.

No, señores, esto confirma: 1) Que las campañas son demasiado caras. Por eso el Congreso disuelto hizo muy bien en agregar al referéndum que propuso Vizcarra la prohibición de contratar publicidad privada en TV y radio. Ahí se iba la plata. Ahora habrá menos gasto y, por lo tanto, menos presión para que el candidato venda el alma al diablo.

2) Que el ‘pitufeo’ y otras formas de ocultar donaciones secretas como la del BCP estuvieron a la orden del día en esa campaña. El equipo del caso Lava Jato tiene que ajustar sus hipótesis a la luz de esta revelación para discernir qué fondos, quiénes y cómo lo gastaban, ‘pitufeaban’ o lavaban. Y afinar nuevas hipótesis de enriquecimiento ilícito gracias a aportes no declarados.

3) Que, además de limitar el dispendio, es bueno que el Estado invierta más en las campañas. Es mejor que cueste a un erario público que no pide retorno que a empresas que tienen intereses que pueden frenar leyes y políticas públicas. Sin ir lejos, hagámonos una simple pregunta respecto al Congreso disuelto, teniendo en cuenta que Romero Paoletti también ha confesado que hizo aportes a PPK y a Keiko en la campaña del 2016. ¿Qué hicieron la bancada mayoritaria y la oficialista ante iniciativas legislativas y oportunidades de fiscalización relacionadas al sector financiero? En los próximos días, intentemos responder esa pregunta.

4) Que no se debe prohibir el aporte privado a las campañas, siempre que tenga tope y sea transparente. Habría que alentar, más bien, a que las empresas inviertan en proyectos plurales de capacitación para políticos, de difusión de sus propuestas, de asesoría a sus proyectos. Movistar (que, por tener una matriz extranjera tiene protocolos que la obligan a decirle no a los políticos pedigüeños) y el gremio AFIN alentaron una vez un proyecto para crear un fondo que sería administrado por la ONPE. La idea, lamentablemente, no prosperó. Bancar sin mirar a quién es mil veces mejor que donar sin que nadie te vea.