(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Rolando Arellano C.

Existen productos y negocios generados aquí inmensamente útiles e innovadores, pero a los que no les damos valor porque no siguen las modas de los países más desarrollados. Peor aun, solo los miramos seriamente cuando allá, mucho más tarde que acá, los empiezan a practicar. Veamos ejemplos.

Mototaxis. Nuestros criticados y –¡fuchi!– huachafos “taxicholos” están de moda en Barcelona y en Fráncfort. Ligeros, accesibles y con poco consumo de combustible, parecen ser el transporte urbano del futuro, aunque aquí tengan 50 años. Y en todo el Perú, salvo en la Lima tradicional, la moto lineal hace transporte público. Desde el paradero de la combi hasta el sector 17 varias cuadras al interior del barrio, por un sol y sin tráfico. Hoy en París se ve ya este servicio a la salida de los aeropuertos y estaciones de tren. Nos están copiando y no nos damos cuenta.

Reciclaje de basura. Si nos sorprende ver los esfuerzos por el reciclaje de basura de Europa o Canadá, olvidamos que aquí existió esa tendencia hace años. No solo utilizábamos menos empaques y generábamos menos basura, sino que la que se generaba siempre se recogía, seleccionaba, reparaba y vendía. Hoy eso se está perdiendo pero podríamos mejorar y volver a ser pioneros.

Alquiler de ropa. En los países desarrollados son una novedad las tiendas de alquiler de ropa, que se presentan como un avance en el cuidado del ambiente. Aquí existen desde hace tiempo tiendas que alquilan ropa para fiestas y todo tipo de compromisos. Por unos cuantos soles, en sus quinceañeros las chicas están lindas y los muchachos de las mayorías del país, apuestos con los trajes que devolverán al día siguiente. Siempre a la moda y protegiendo el bolsillo y el planeta.

‘Fast cooking’. La tendencia mundial de las páginas webs con consejos de cocina no se compara con el servicio de doña Aquilina. Ella, en el mercado de cualquier ciudad, sentada frente a las especias de su puesto, prepara y entrega en el momento el condimento para el aguadito, la base para la carapulcra o el aderezo para el seco con frejoles que quieren cocinar ese día sus caseras. Ellas quedan como reinas en sus casas, y doña Aquilina feliz aunque no sabe que se adelantó al tiempo.

¿Y qué mejor ejemplo del tan de moda ‘renting’, que el buen señor que en la calle ofrece su servicio de pesaje? Por cincuenta centavos una vez por semana, usted controla su peso y conserva la salud. Tremenda idea, antecesora del ‘cloud’, la nube informática, donde hay software y almacenamiento de datos que cobra solo cuando se usa.

En fin, si el lector vio un artículo con humor simpático, qué bueno. Pero por favor léalo de nuevo, pero esta vez pensando en las oportunidades que nos estamos perdiendo.