“No han transcurrido ni tres semanas de [su anuncio de retornar al 100% a Fuerza Popular] y ya cometió el primer error garrafal de su campaña: traer de vuelta a su padre, Alberto, a la primera línea”. (Foto: Captura de video).
“No han transcurrido ni tres semanas de [su anuncio de retornar al 100% a Fuerza Popular] y ya cometió el primer error garrafal de su campaña: traer de vuelta a su padre, Alberto, a la primera línea”. (Foto: Captura de video).
Pedro Tenorio

Para los seguidores de debe haber sido una buena noticia verla anunciar recientemente su “retorno 100% activo a Fuerza Popular”, su deseo de retomar el liderazgo naranja y proyectar así su candidatura presidencial por tercera vez en las elecciones de abril. Sin embargo, no han transcurrido ni tres semanas de ello y ya cometió el primer error garrafal de su campaña: , Alberto, a la primera línea de acción proselitista. Veamos por qué:

Primero, porque Keiko no necesitaba reforzar vínculos partidarios con su padre. No hay ningún otro candidato en busca de dicho padrinazgo o que se presente como un mejor “heredero político” del exmandatario (preso por corrupción, entre otros delitos) como sí pudo serlo su hermano Kenji, . Designar a Alberto como de su “escuelita naranja” solo sirve para recalcar que padre e hija fumaron la pipa de la paz, sin que esto le añada actualmente algún valor significativo a una nueva postulación presidencial.

Segundo, porque confirma que las prioridades políticas de Keiko son confusas, cuando no inexistentes. El principal problema que debe enfrentar, más allá de sus cuitas con el equipo de fiscales especiales, es explicarles a quienes ya votaron por ella por qué desaprovechó la oportunidad de servir al país con la abrumadora mayoría parlamentaria que obtuvo en el año 2016. ¿Logró algo significativo y nadie se dio cuenta? ¿De verdad cree que merece una nueva oportunidad, y por qué? En este punto va a tener que trabajar muchísimo: el balance es negativo y se refleja en el magro 5% que reconoce que votaría por ella, según de Datum Internacional.

Tercero, porque un 30% de los electores en el 2021 tendrá entre 18 y 29 años. Ellos no habían nacido cuando llegó al poder y luego crecieron escuchando acerca de las tropelías, fuga a Japón y vieron el juicio y condena al expresidente. Y es con esa imagen política con la que ha decidido revalidar lazos la candidata.

Finalmente, porque durante estos meses de pandemia el mensaje político de sus representantes en el Congreso y de sus voceros en la discusión pública acerca del manejo de la pandemia no se ha destacado ni dejado claro ante la ciudadanía acerca de qué habrían hecho de diferente en relación a las acciones asumidas por . Y ahora incorpora al padre en la danza.

Es cierto que faltan seis meses de larga y extenuante campaña, pero creo que Keiko arranca con pésimo pie. Ella sabrá por qué.