Un errorista, por Beto Ortiz
Un errorista, por Beto Ortiz
Redacción EC

"Fue un error y no volverá a ocurrir.” Ese podría ser el lema de Que lo dijo ayer –desactivando su propia bomba– ya lo sabemos. Pero lo que no recordábamos era que ya nos había dado la misma explicación en enero del 2012 cuando, sentándose sobre el acuerdo de su efímera bancada Ppkausa, erró votando en contra de la acusación a Omar Chehade y le salvó el pellejo de la misma forma como erró votando a favor del Gabinete Cornejo. Habiendo apoyado  –¿por error?–  causas tan diversas como las de Toledo, García y Kuczynski (para no nombrar la que lo llevó a la cárcel), nos sorprende ahora con el único aliado que le faltaba: Ricardo Belmont, para alcalde.

Marzo del 2011, Yehude andaba de la manito con Lay y Pérez Tello y, a los 3 meses, ya se equivocaba prometiendo apoyo a Gana Perú en el Congreso, no sin antes deslizar que “Carlos Bruce ha dado a entender abiertamente que es gay” al negar la posibilidad de que este estuviera siendo chantajeado por el montesinismo. En diciembre del 2011, detonaba otro tuit: “Confirmado renunció Salomón Lerner. Lo dijimos la cosa no daba para más”. Tampoco citó su fuente y le llovió tupido pero lo dijo primero que nadie y le agarró el gustito a las primicias.

“Es acelerado decir por quién votaría el 2016 –metió la pata en marzo del 2012–   pero ideológicamente estaría más cerca de Nadine”. En mayo del mismo año, haciendo gala de olfato de detective, infló otro globo de gas cuando la operación Libertad: “Tengo la sospecha de que se pagó un rescate por los rehenes de Camisea”. Y en noviembre, la Policía Nacional identificó a 25 miembros del Movadef y él derrapó nuevamente: “¡Cuidado con hacer una persecución tonta a personas que no han cometido delito!”. La Navidad en que el Congreso enfureció al país aprobando su anulado bono de S/.15 mil, Simon se manifestó en contra pero –distraído él– votó a favor. En una entrevista que le hice en abril del 2013 le pregunté por el estado de salud de Javier Diez Canseco, de quien nada se sabía, y me contestó que “él ya estaba en cuidados intensivos y que no sabía si tendría posibilidades de vivir”, forzando a la propia esposa de Javier a salir en los diarios. Apenas estalló el escándalo del robo del congresista Urtecho a sus trabajadores, Simon fue el único que no se sorprendió: “Yo ya lo sabía desde el 2011, ¡pero Abugattás nunca me hizo caso!”. Ahora que Yehude ya nos dijo que nunca quiso decir que el presidente de la República tiene un hijo extramatrimonial que precipitará el divorcio que permitirá la candidatura de Nadine, quizá valga la pena cerrar esta breve antología con la premonitoria frase que recordó su fatídica noche en “El valor de la verdad”. Lo que Alan García le dijo que le iba a pasar si rechazaba su oferta del premierato: “Yehude, vas a quedar como el gran cojudo de la historia.”