“Alan García busca asilo en Uruguay y sobre Alejandro Toledo pesa un pedido de extradición”.
“Alan García busca asilo en Uruguay y sobre Alejandro Toledo pesa un pedido de extradición”.
Patricia del Río

Dos afirmaciones falsas y una peligrosa rondan el ambiente político actual.

1. Hay persecución política en el Perú. Ollanta Humala y Nadine Heredia pasaron casi un año presos, se necesitó una sentencia del Tribunal Constitucional para que recuperaran su libertad. Susana Villarán no puede salir del país y tiene sus bienes congelados; la misma situación es la del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, a quien le allanaron su domicilio a dos días de haber renunciado a la presidencia. Keiko Fujimori cumple una desproporcionada prisión preventiva, busca asilo en Uruguay y sobre Alejandro Toledo pesa un pedido de extradición. Para que exista represión política una persona tiene que ser perseguida, reprimida y castigada por sus ideas, por su militancia o por sus actos políticos. En este caso tenemos un grupo importante de políticos a los que lo único que los une es la sospecha de haber recibido dinero ilegal de la empresa . La investigación, señores, no es persecución.

2. El presidente ha copado los poderes del Estado. Martín Vizcarra tiene el apoyo de la población, que siempre puede ser efímero y volátil. En el Congreso sigue teniendo una bancada famélica y poco representativa. El Ministerio Público sigue en manos del fiscal Pedro Chávarry que se ha atrevido a amenazarlo en más de una oportunidad. El Poder Judicial, donde se han tomado medidas extremas como las prisiones preventivas, ha sido corregido por las instancias superiores o por el Tribunal Constitucional. En realidad, Vizcarra está tan en la cuerda floja como los demás, si algo le sale mal y su popularidad cae, no habrá quien lo sostenga.

3. La justicia se está volviendo un espectáculo. Figuras tradicionalmente vistas con malos ojos como jueces y fiscales tienen hoy dos representantes que están a punto de ser elevados a categoría de superhéroes. José Domingo Pérez y Richard Concepción Carhuancho son una dupla de oro que le ha devuelto la esperanza a la población de que la justicia no es una ilusión. El fiscal Pérez muestra un apasionamiento por su trabajo que ya quisiéramos encontrar en muchos de sus pares a los que les toca ver casos de violación y feminicidios. El juez Concepción Carhuancho, acusado de ser canero, puede equivocarse, y de hecho lo hace, pero actúa con una independencia a prueba de balas. Sin embargo, el trabajo de los fiscales y los jueces no es ser populares sino impartir justicia. Y en este punto ambos profesionales deben evaluar si están tomando las medidas apropiadas o si se están dejando ganar por la seducción del titular, el flash de la cámara o el aplauso del público. La libertad de un ser humano y su derecho a la defensa deben estar garantizados y por más que queramos ver a todos los corruptos ahorita mismo en la cárcel hay reglas y procesos que deben respetarse. De lo contrario les estaremos dando excusas a los que quieren gritar “golpeeee”, para esconderse tras las cortinas de una embajada.