También fue contra esto, por Marco Sifuentes
También fue contra esto, por Marco Sifuentes
Marco Sifuentes

¿Cuándo se concibió todo este drama alrededor de la AOE (o píldora del día siguiente)? Para entender la magnitud del absurdo que estamos enfrentando, vayamos al momento mismo de su fecundación: el 2009. Fue entonces cuando la ONG católica Ala Sin Componenda entabló una acción de amparo contra el Ministerio de Salud. ¿Su exigencia? Que se deje de repartir gratis la píldora a las mujeres que no tengan dinero para comprarla. 

El óvulo receptor y cobijador de este sinsentido fue el Tribunal Constitucional. En ese momento se implantó esta sentencia en la legislación peruana y, desde entonces, solo las peruanas con plata han sido capaces de acceder a la AOE. 
Lo más delirante de todo esto es que el mismo TC ya había dado a luz, en el 2006, otra resolución en la que ordenaba que sí se distribuya. Sus argumentos, en aquel entonces, eran impecables: “No es razonable, en consecuencia, que el Estado permita un doble padecimiento a las mujeres cuyo poder adquisitivo insuficiente no les permite acudir a las farmacias donde el AOE se expende libremente con la aquiescencia de la administración pública”.

En el 2009 dijeron todo lo contrario. Lo más alucinante fue el giro de 180 grados de los entonces magistrados Juan Vergara Gotelli y Carlos Mesía Ramírez: en el 2006 votaron a favor de los derechos de las mujeres y, tres años después, lo hicieron en contra. Por cierto, sugiero echarle un ojo a la cuenta de Twitter de Mesía, que lo revela muy atento al devenir del Partido Aprista.

¿Y los padres de la criatura? Varias informaciones periodísticas (“Caretas”, “La República”) señalan los vínculos de Ala Sin Componenda con el ex ministro de Salud Luis Solari. Pero esos no son los únicos contactos de la ONG. En su web se puede encontrar a sus “Miembros Honoríficos Rectores”. Reseñaremos solo a algunos, textualmente: Yahve (“fuente del bien y Autor de la vida”), Jesucristo (“Redentor, Reconciliador y Vencedor del mal”), Espíritu Santo (“Paráclito, Defensor de los Derechos Humanos”) y, por supuesto, María del Perpetuo Socorro (“Abogada Nuestra y Señora de Todos los Pueblos”). 

La ONG, nominalmente, está dirigida por José Luis Garrido Lecca, a quien seguramente habrán visto en sets de televisión protestando por la sentencia de un juez que, en la práctica, abortó su iniciativa legal. Otro que se ha paseado, indignado, por los canales locales –llevando consigo unos perturbadores muñecos realistas de fetos de distintos tamaños– ha sido Rafael Rey (en su calidad, sin duda, de experto científico y legal). En el 2009, “Perú21” señaló que tanto Rey como Solari habían visitado a Mesía días antes de su retrógrada resolución.

Sin contar a los imaginarios miembros del directorio de la ONG, ¿ve algo en común en toda esta gente? Todos son hombres tratando de decirles a las mujeres (a las pobres, claro, porque no se van a meter con las que se cruzan todos los días) qué pueden y no pueden hacer con su cuerpo. ¿Contra esto no marchamos el 13 de agosto?