Keiko sin control de daños, por Fernando Vivas
Keiko sin control de daños, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

Por muchísimo menos de los indicios que pesan sobre Joaquín Ramírez, líderes han sacrificado a sus colaboradores íntimos. Ramírez le banca buena parte de la campaña a Keiko, pero podría costarle la presidencia.

El control de daños fujimorista es pésimo. Arremeten contra el periodista Gerardo Reyes, que es un tipo bastante serio y, a partir de ahora, va a redoblar su celo en esta pesquisa que tiene varios cabos sueltos. Consiguen un comunicado de la DEA que asegura que Keiko no es investigada –¡nadie dijo lo contrario!–, pero no dice nada sobre Ramírez. Es cierto que, en conversaciones posteriores con otros medios, Anne-Judith Lambert, vocera de la DEA en Miami, afirma que hay un malentendido. Pero, vamos, esa es la diplomacia gringa, que se escuda en una declaración ambigua para no politizar ni distorsionar su chamba.

El mensaje político de la DEA a Keiko es claro: que ampute de Fuerza Popular a su secretario general. Y el mensaje del electorado indeciso probablemente sea este: que tiene un plazo de dos semanas para convencernos de que las supuestas afirmaciones de Ramírez de haber lavado US$15 millones que ella le entregó son una fanfarronada de este y no un esquema de lavado de activos en campaña política que la tenga a ella de operadora.

José Chlimper hizo una pésima defensa cuando dijo que Ramírez no iba a declarar ni a ser expectorado porque la respuesta del partido “no es personal, es institucional”. ¿Es institucional en el fujimorismo apañar y blindar a terceros? ¿Una nueva mochila para Keiko?

Si no marca distancia con Ramírez, el fujimorismo será más vulnerable a que le revivan su asociación histórica con la corrupción. La ecuación de caras nuevas con delitos nuevos va a estallarle a Keiko en las manos, malográndole su esforzada y valiosa gira por el sur andino. 

En el mejor de los casos, aquí hay un nuevo rico con conexiones peligrosas, recibido con los brazos abiertos en un partido con angurria de financiamiento local, pues a Fuerza Popular no le asisten los nexos con Venezuela o Brasil que tuvo Humala, ni la facilidad para pasar el sombrero, como PPK, en los más solventes círculos empresariales. Miseria de la extrema mercantilización de nuestras campañas.

No le conozco méritos políticos a Ramírez, ni siquiera es vocero de FP. De modo que el partido lo ha encumbrado en la secretaría general por ayudar a solventar la campaña y por gestos tan generosos como ceder una casa en la calle El Bucaré para que Keiko la use como cuartel. La perversión del voto preferencial llevada a jerarquía partidaria. Les quedan pocos días para corregirse.