La vicepresidenta Mercedes Aráoz comentó que ya había una consulta ciudadana en la aprobación del EIA de Tía María. (Foto: GEC/Archivo)
La vicepresidenta Mercedes Aráoz comentó que ya había una consulta ciudadana en la aprobación del EIA de Tía María. (Foto: GEC/Archivo)
Fernando Cáceres Freyre

Tía María es un parteaguas para el Ejecutivo. Los audios del presidente no solo lo han hecho perder algunos puntos de popularidad (desaprobación sube cuatro puntos, según Ipsos), sino que también lo han expuesto como una persona que no vela necesariamente por el interés de todo el país, sino por el de un grupo de personas con quienes no todos coincidimos.

Vizcarra ha dejado, pues, de ser el ‘superhéroe’ que luchaba contra la corrupción en nombre de todos, para ser un político más que vela por determinados grupos de interés: aquellos con capacidad de organizarse y generar conflictos sociales.

Además, se ha quedado sin bancada (a menos que el grupo que se ha juntado con Yesenia Ponce se considere como su nueva bancada), ya hay autoridades regionales que lo han traicionado con la filtración de los audios, y se le está empezando a echar la culpa de los grandes problemas del país.

Miremos ahora la acera fujimorista. Su lideresa está en la cárcel; no van a poder reelegirse; si hay elecciones anticipadas, encima se quedarán sin trabajo antes de tiempo; y para colmo perderían anticipadamente su inmunidad. No todo es culpa de Vizcarra, pero se la endilgan.

¿Qué más pueden perder los congresistas de Fuerza Popular? El problema de haberlos arrinconado tanto es que ya no tienen más que perder. Y eso es lo que –a mi juicio– motiva el endurecimiento que se observa en los nombramientos o ratificaciones de Arimborgo en Educación, Bartra en Constitución y Salazar como vocera.

En este escenario, lo que Meche diga o calle va a ser gravitante en las próximas semanas para la decisión que tomen los fujimoristas y el propio Vizcarra de cómo mover sus fichas. Araoz ya anticipó que en caso se promueva una vacancia, renunciaría “si hacen una cosa sin justificación”, y que los audios de Tía María no son suficientes. Habría ahora que preguntarle qué haría si Vizcarra decide cerrar el Congreso, tras plantear una cuestión de confianza por una reforma constitucional de adelanto de elecciones (a pesar de que el presidente no puede siquiera observar una ley como esa).

Si Araoz declara que una cuestión de confianza sobre una reforma constitucional le parece inconstitucional, el mensaje a Vizcarra sería evidente: si cierras el congreso y renuncias (para que no te llamen “Vizcarra dictador”), no cuentes conmigo. Es decir, no asumiré la presidencia y no podrás irte a tu casa con el legado de haberte llevado al abismo al fujimorismo (lo dejarás a cargo de todo, más bien).

Del otro lado, si vacan a Vizcarra a la mala, ella renuncia y el fujimorismo tendría que vérselas con el principal partido del Perú: el antifujimorismo.

Por eso, el rol de Meche es hoy tan importante. Esta vez, Martín, mejor que Meche no se entere por la prensa de tu siguiente movida…