“Hoy, a falta de normativa específica, se puede aplicar, por similitud, lo que vale para los ciclistas”. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
“Hoy, a falta de normativa específica, se puede aplicar, por similitud, lo que vale para los ciclistas”. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
Fernando Vivas

Estoy harto de ver tanta publicidad y noticia –a veces una haciéndose pasar por la otra– de empresas que se aprovechan de los prejuicios a favor de lo tecnológicamente novedoso y amigable con el medio ambiente.

Si te digo que una start-up de jóvenes emprendedores ha desarrollado una app que te permite tomar y dejar en diversos puntos de la ciudad un gadget eco-friendly para ir a trabajar y estudiar ahorrando espacio y combustible, contribuyendo a la sostenibilidad de tu ciudad, sonríes, ¿no?

Pero si te digo que empresas bastante frescas se ahorran la atención directa al público, para diseminar cientos de patinetas motorizadas con manubrio o , con las que cualquier adulto maneja sin necesidad de que lo instruyan, ya no sonríes igual, ¿no?

No veo amigable sino abusivo lanzar un negocio de tal envergadura sin calcular y prevenir sus impactos negativos. La hizo bien en decomisar scooters de la empresa Grin dejados en la vía obstruyendo el paso. Y no me hablen de sostenibilidad, porque lo que vi el último domingo fue a mucho irresponsable desafiando todas las recomendaciones que da la propia app (no manejar por la vereda, usar casco, no más de una persona, velocidad moderada) para fines estrictamente recreativos. ¡Peligroso e insostenible!

Conversé con Carlos Ramírez, gerente de Desarrollo Urbano de , y me dijo que estas formas de micromovilidad son buenas porque a la larga contribuyen a la economía urbana; y que están trabajando para llenar los vacíos legales. Una ONG, Lima Cómo Vamos, los está ayudando a plantear una ordenanza municipal.

Hoy, a falta de normativa específica, se puede aplicar, por similitud, lo que vale para los ciclistas: que no vayan por la acera, sino por la ciclovía, y si no la hay, por el lado derecho de la pista y en el sentido del tránsito vehicular.

Pienso, como Carlos, que los aparatos que hay y los que vengan ahorrarán tiempo, espacio y energía. Bienvenidos los negocios que estudian la forma de optimizar su buen uso y atenuar su impacto negativo. Pero lo que pasa con Grin y Movo, las dos empresas que rentan scooters por app, es un capítulo más del ventajismo empresarial contemporáneo, que busca maximizar renta ahorrándose estudios de impacto y reduciendo al mínimo la atención directa de emergencias y reclamos. No veo un uso amigable sino algo salvaje de la , más depredación que innovación.

Alcalde Jorge Muñoz, flamante Autoridad de Transporte Urbano (ATU), congresistas, vayan forjando esa gran ley de transitabilidad que regule todo lo que se mueva a velocidad y que asegure que la vereda es del peatón –y nobleza inclusiva obliga– del discapacitado motorizado.