Las mochilas de los candidatos, por Fernando Vivas
Las mochilas de los candidatos, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

Están en compás de espera. Sus asesores los agarran de los hombros. “Aguántate, ahorita no, te comen las pirañas, espera a octubre”. “¿Tan’ locos?”, replica el candidato(a). “Bueno, hasta mayo o junio, y cuando te lo pregunten, di que aún no lo has decidido, que las bases, que el partido, cualquier excusa. Dialoga pero no pactes, y mejor ni dialogues. Declara vaguedades pero con firmeza, tira la piedra pero esconde la mano, tuitea frases crípticas e inconclusas que para eso está bueno el Twitter”.

Solo dos se han lanzado, pero no porque descrean de esta teoría. Lo han hecho porque están en ascuas: quiere politizar sus líos con la y Alejandro Toledo quiere desviar el roche de hacia la “triología [sic] del mal” que no lo quiere de candidato.

Veamos a cada uno y a sus mochilas familiares. Es un aspecto fundamental de la campaña que se nos viene y tiene que estar lista y ligera antes de lanzarse.

: La familia nuclear está firme. A sus hijas no las sobreexpone –bien por ella– y su esposo tiene la elocuencia y solidez de un robot. La familia extendida sí es un desastre, igual que el ala extrema de su bancada con Martha Chávez y los evangélicos recalcitrantes. Cuenta con que el padre esté encerrado, porque suelto sería más cargoso que un abuelo jubilado que se aburre en casa. Kenji podría dar una sorpresa –lo he oído de buena fuente–, casándose con su novia chimbotana ajena a los círculos políticos.

Alan García: Está algo complicado. Pilar Nores no cree en divorcios y sigue activa en el Apra, donde algunos compañeros cursis podrían soñar con que Alan vuelva a hacer campaña con ella. Pero eso sería más forzado que un reencuentro de Sheyla Rojas y Pavón. García tiene su pareja, Roxanne Cheesman, y ella deberá acompañarlo en la campaña, a menos que él decida aparecer solo, hasta un giro en la recta final. 

PPK: Fue el ‘outsider’ del 2011, más por chonguero e inesperado que por otra cosa. Ya no lo es y deberá ser más explícito al mostrar sus ideas y su entorno. Que cuente con su esposa, que podría ser una diligente ayuda.

Toledo tiene la mochila Karp que pesa como predio de Ecoteva. Salomón Lerner, el ‘headhunter’ de la izquierda, busca algún escindido del nacionalismo o a un flamante caviar con aura de ‘outsider’. Marisol Espinoza y Sergio Tejada se ofrecen y autoanalizan sus respectivas mochilas.

El nacionalismo tiene la carga más pesada, que es la de ser gobierno. Desde el punto de vista de Ollanta y Nadine, uno es la insoportable mochila del otro. Que la calle los perciba como siameses exacerba la politización de las investigaciones fiscales contra ella. No descartaría que, arrinconada, ella busque reavivar el tema de su candidatura para gritarse perseguida.

Urresti y Jara son los salvavidas del nacionalismo. Así está el partido de gobierno y así estamos los peruanos. Son los motorcitos que Ollanta y Nadine esperan que les consigan una bancada que los defienda de la revancha pos-2016. 

Pero ese es el cálculo de los poderosos desconfiados. Los electores esperamos el duelo del malo conocido con el ‘outsider’ por conocer. Queremos ver sus programas, antecedentes y mochilas.