(Foto: Shutterstock/El Comercio)
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Rolando Arellano C.

Para entender la discusión sobre el etiquetado de los alimentos donde las opciones son usar un semáforo verde, amarillo y rojo o poner octógonos rojos (o negros), me imaginé una conversación con Emilio, gerente de una empresa alimentaria. Creo que estas serían sus respuestas. 

R: Emilio, ¿por qué no te gusta el octógono? E: Muy simple, Rolando, para empezar no me gusta por una cuestión de principios. Me parece inaceptable que a mí, que hago productos de buena calidad, higiene y pago impuestos, me quieran poner un signo de “pare, esto es peligroso, no lo consumas”, y dejan a los informales tranquilos, vendiendo sus productos sin marca.  

R: Pero los defensores del octógono dicen que el símbolo no es “no lo consumas”, sino que es “ALTO en X sustancias”. E: Lo que yo sé es que desde la Convención Mundial sobre Señalización Vial de Viena en 1968, el octógono es un signo de ALTO, pero de ALTO “stop, pare, no siga”, y no de ALTO “high, bastante, mucho” que es un sinónimo que se da solo en castellano. Es un ataque a mi producto.  

R: ¿Pero no es mejor un indicador simple que uno complejo? E: ¿Has visto que no hay pruebas de que la gente entiende y prefiere el octógono, pero que sí hay estudios, tú lo sabes bien, que indican que los semáforos son más claros para niños y adultos? Creo que se subestima la inteligencia de los peruanos, pues la gente no quiere que la asusten, sino que le informen para tomar sus decisiones.  

R: Bueno, ¿me dirás entonces que no es verdad que el octógono ha dado resultados positivos en otros países? E: El único caso que presentan es el de Chile, que tiene un año de aplicación. Más bien, la mayoría de países del mundo, desarrollados y no desarrollados, usan semáforo y similares. No sé cuánto puede enseñarnos Chile en eso, pero merecería al menos un poco de tiempo para ver si funciona. 

R: ¡Pero algunas instituciones internacionales defienden esta posición! E: Francamente no los entiendo, pues lo hacen con argumentos poco científicos. Dicen que por esa ley las empresas en Chile se están plegando a la defensa del consumidor, pero dan un solo ejemplo, una publicidad de Coca-Cola de que uno de sus productos “no tiene sellos (octógono)”. Tú sabes bien Doc, que Coca-Cola en todo el mundo desde hace años tiene una política de disminución de azúcar. Con o sin octógonos

R: ¿Y entonces, Emilio, por qué defienden el octógono? E: Creo que algunas, no todas, son personas bien intencionadas que por sus emociones no han visto el panorama completo. Más bien, deberían buscarnos para trabajar juntos para educar a los ciudadanos, en lugar de ponernos trabas. Las empresas formales podemos hacer mucho por la salud del país.