La oposición al rescate, por Pedro Tenorio
La oposición al rescate, por Pedro Tenorio
Pedro Tenorio

Decir que va mal no es una novedad. La confirmación la tuvimos hace dos días cuando en una entrevista con “La República” el presidente admitió una total desconexión con su bancada en el Congreso, desautorizó públicamente a su ministro de Transportes en el tema del (respecto a si la concesión debía ser a 30 años, como sostiene Martín Vizcarra, o mantenerse en 40 años, como él prefiere) y, sin más, aseguró que su popularidad subiría “a toda velocidad”. “La economía va a estar mejor, los huaicos se habrán ido y la ola de criminalidad va a estar completamente desechada. Lo garantizo”, agregó. 

El problema es que Kuczynski no nos dice qué medidas concretas tomará –ni en qué plazos– para apurar tan prodigiosos cambios. Tampoco realiza algún anuncio importante (como para poner la agenda, digamos) o aclara aspectos del tema que, como acabamos de ver ayer por parte de la procuraduría, lo pone en la mira de la investigación fiscal por el . La sensación es la de un gobierno embrollado que no es consciente de que la crisis se profundiza cada semana.

¿Exagero? A ver, el Congreso está a punto de interpelar y hasta podría censurar a un ministro que es a su vez primer vicepresidente. La bancada oficialista (donde la mayoría baila con su pañuelo) cuenta con tres voceros que aseguran que si cayera Vizcarra, “nadie es imprescindible”. Asimismo, tenemos un titular de Economía del que nadie sabe nada en las últimas dos semanas y un primer ministro que se pelea públicamente con unos procuradores que, si el suelo esta parejo, no deberían representar ninguna amenaza para el Ejecutivo. El señor Zavala se va a Canadá a un importante evento minero, PPK se queda en Lima soñando. Con la dramática (24% en febrero, según Juan Mendoza de la Universidad del Pacífico), ¿qué pasa con la reactivación de la economía? En el gobierno nadie sabe, nadie opina.

Ante esta situación la responsabilidad recae, por paradójico que parezca, en la oposición. Y principalmente sobre el como fuerza hegemónica en el Parlamento. Así, sostener a este gobierno más allá de sus fuerzas pasará en breve por un cambio de gabinete. Esta no es una sugerencia de opinólogo, es la constatación de que estamos en un escenario de crisis que no debe derivar en caos. Hace un mes hablábamos aquí de la conveniencia de ajustar el gabinete. Hoy crece la convicción de que el cambio es inevitable y no esperará a julio. Se dice que ya hay consultas al respecto, aun cuando el presidente las niegue. La oposición debe tener claro a qué juega.