Odebrecht denunció además a 12 ex funcionarios de la administración de Enrique Peña Nieto, aparentemente por entorpecer la investigación sobre casos de corrupción en su contra. (Foto: EFE)
Odebrecht denunció además a 12 ex funcionarios de la administración de Enrique Peña Nieto, aparentemente por entorpecer la investigación sobre casos de corrupción en su contra. (Foto: EFE)
Patricia del Río

El acuerdo con Odebrecht está generando un tremendo desacuerdo entre la población. En una esquina, apertrechados, están los que creen que Odebrecht nos va a devolver una minucia de lo que ha robado. En la otra, encontramos los que consideran más importante meter presos a nuestros ladrones que recuperar el dinero. Tratemos de aclarar algunos puntos.

¿Por qué la reparación civil es tan misia? Según lo acordado, la empresa debe pagarnos S/610 millones por lo robado en cuatro obras: la carretera Interoceánica Sur, el metro de Lima, la vía Evitamiento Cusco y la vía Costa Verde-Callao. Sabe a poco, qué duda cabe, pero a cambio el Estado recibe información valiosa que le permitirá desenmascarar redes de corrupción que podrían seguir enquistadas en el sector público.

Los que alegan que el monto debió ser mayor olvidan que para el Estado cobrar las reparaciones civiles es prácticamente una causa perdida: Alberto Fujimori puede costearse tres meses internado en una clínica privada, alquilar una casa en la Molina que no debe costar menos de US$3 mil, pero de los S/27 millones que le debe al Estado Peruano (S/51 millones con intereses) no ha pagado absolutamente nada. Ni siquiera se le puede embargar la pensión que recibe de la Universidad Agraria, porque no supera el monto embargable. O sea, si eres o te haces el pobre, no pagas y ya está. La reparación civil queda linda… en el papel.

¿Por qué no le han embargado todos los bienes a la empresa? Podría haber sido una salida pero en este punto hay dos argumentos atendibles: si la empresa no quiere que le embarguen y se le aplica esa medida, sus representantes no confesarán nada sobre cómo operaba la corrupción. Si a pesar de eso privilegiamos el dinero y nos quedamos con todas las propiedades y cuentas, tendremos que usar ese dinero para pagarles a todos los acreedores que se pondrán en fila: trabajadores, proveedores, bancos… embargo pírrico, la verdad.

¿Por qué Odebrecht tiene permiso para seguir trabajando en el Perú? Resulta obvio que este es uno de los puntos que mejor ha negociado la empresa. A pesar de las arcadas que puede producirnos tener que soportarlos más años, por cada contrato que Odebrecht haga con privados o con el sector público, el Estado se quedará con el 5% y conservará el 50% de los dividendos que obtenga de sus negocios. Es decir, con su trabajo pagará algo de lo que nos debe.

Hay otros aspectos que podríamos seguir discutiendo, y que serán motivo de una análisis mayor, pero lo cierto es que no hay una salida fácil ni 100% ganadora en esta situación. En cualquier acuerdo que se haga (este u otro) ganaremos algo o perderemos algo. Nadie ha dicho que sea fácil tragarse sapos, pero todo sea por meter presos a nuestros corruptos. Al menos ese es el motivo principal de esta negociación.

P.D. Los que tienen una mejor fórmula, adelante. Somos todo oídos, hasta ahora no hemos escuchado brillantes alternativas.