Los perdidos, por Patricia del Río
Los perdidos, por Patricia del Río
Patricia del Río

Independientemente de cuál sea el resultado de las próximas elecciones, hay ciertos actores políticos que ya perdieron en este proceso. Ya sea por pésimas decisiones personales, por haber sido afectados por la coyuntura o por las decisiones de otros, lo cierto es que esta contienda electoral ya cosechó varios cadáveres políticos. Veamos:

1. Alejandro Toledo. Nada que explicar. El dizque problema con su voz en una entrevista en RPP dejó en claro que el ex presidente decidió ahogar su candidatura en peligrosos tragos amargos. Toledo perdió en esta contienda la posibilidad de ser recordado como el presidente que devolvió el Perú a la democracia, para convertirse en ese candidato que no queremos ver ni escuchar para que no nos asalte esa extraña mezcla de pudor con pena que el cholo nada sano hoy nos genera.

2. Anel Townsend. Ni la nana de Damien en “La profecía” se inmoló por su amo con tanto entusiasmo como Anel por César Acuña. Los argumentos imposibles y la negación de lo evidente han hecho de la única candidata a la vicepresidencia que le queda a Alianza para el Progreso un perfecto ejemplo de lo que nunca se hace en política: pisotear tus propios principios, frente a todo el Perú a la vez, en vivo y en directo, por la búsqueda desmedida e irracional del poder.

3. Lourdes Flores. La ex candidata de los ricos, hoy alojada en el partido del pueblo, demostró que es capaz de sumarle cero votos a Alan García. Desde que se anunció la alianza entre el PPC y el Apra, el candidato de la estrella no solo no subió en la intención de voto sino que empezó a bajar punto a punto. Con esto, Flores afianzó el mito de que no es capaz de ganar ninguna elección e hipotecó su futuro político. ¿Podrá García repuntar al final de esta contienda? Difícil, pero si lo hace será a pesar de la alianza y no gracias a ella.

4. Nadine Heredia. Las elecciones la encontraron tan golpeada y desprestigiada que ni el candidato del nacionalismo la quiere cerca. Daniel Urresti trata de que no la asocien a ella, Julio Guzmán le ha pedido que no se meta en su campaña y Keiko Fujimori no ve la hora de que la primera dama le dedique un tuit venenoso porque sabe que eso, en lugar de afectarla, le sube puntos. Cómo estará de mal la cosa que hasta el propio Daniel Abugattás ha declarado que Guzmán es el candidato del Ejecutivo, dejando en claro que entre la pareja que habita en Palacio y el nacionalismo solo quedan resentimientos y reproches. 

5. Alberto Fujimori. Para el fujimorismo, el ex presidente hoy preso pasó de ser “el mejor presidente del Perú” y “que se escuche hasta la Diroes” de las elecciones pasadas a esa suerte de pariente apestado que todos niegan. Desaparecieron las fotos de Keiko abrazada de su ‘pa’, la candidata naranja se atrevió por fin a balbucear la palabra ‘delitos’ y, más allá de la franqueza o no de los argumentos, la estrategia de campaña del fujimorismo que implica esconder a Alberto Fujimori es un tácito reconocimiento de que para ganar las elecciones la figura del ex presidente ya no sirve. Siempre habrá un porcentaje de peruanos para los cuales Alberto Fujimori fue un buen presidente, pero seamos francos: no son la mayoría y sus votos no alcanzan para ganar elecciones... felizmente.