El pollo de cada día, por Rolando Arellano
El pollo de cada día, por Rolando Arellano
Rolando Arellano C.

Cuando hablamos de actividades empresariales que transforman el país, solemos mencionar a la minería, la agroindustria, el café y las telecomunicaciones. Y si nos ponemos más detallistas, recordamos al pisco y la gastronomía. Pero sorprende que nunca mencionemos a la avicultura, una actividad que mueve mucho más la economía que las otras, y cuyo producto se ha convertido en un eje de la cultura peruana. 

Hace algunas décadas el  era un elemento escaso en las mesas peruanas, tanto que resultaba una especie de exquisitez que se servía solamente en ocasiones especiales. Así, en los días corrientes se comía, cuando se podía, carne de res; pero para las fiestas o cuando había invitados, se sacrificaba un pollo. Era un producto escaso y caro, en un país donde la mayoría no podía pagar por las proteínas que necesitaba.

Hasta que por los años 60 algunos pioneros empiezan a criar pollos de manera mucho más estructurada y científica, haciendo crecer la oferta y a la vez disminuyendo el precio del producto, para que llegue a mucha más gente. Por ello hoy el pollo es la fuente de proteínas más popular y la más extensamente consumida de los peruanos, al punto que somos el segundo consumidor de pollo per cápita de Latinoamérica, solamente superados por Brasil. 

¿Cuál es el plato de sabor peruano que más se come en los hogares? El arroz con pollo, amarillito y graneado, distinto al delicioso pero menos accesible arroz con pato. Tan simbólico que una tarjeta de prepago telefónico de larga distancia dirigida a peruanos en el estado de Florida, se llamaba “arroz con pollo”. Y, ¿cuál es el producto más consumido cuando las familias salen a comer fuera de casa? De lejos, más que el chifa y el cebiche, es el pollo a la brasa, que si no es creación propiamente peruana, sí lo es en la manera de condimentarlo. ¿Las cadenas más grandes de restaurantes? Las pollerías Roky’s y Norky’s, que están por todo el Perú y hasta en Chile, y cuyo nombre vi “adoptado” por un restaurantero paisano en Madrid. ¿El fast food más consumido aquí? Sin duda el pollo frito del Kentucky.

Y hasta en la política y la gran economía es muy importante este producto.  ¿Cuál es el medidor más claro del costo de vida? El precio del pollo por supuesto; que aquí es el equivalente del Big Mac, esa hamburguesa que usa la revista inglesa “The Economist” para su índice mundial de costo de vida. ¿Y el indicador del buen trabajo de las autoridades? Los políticos  saben muy bien que la subida y bajada del precio del ave mueve directamente las encuestas de popularidad de los gobiernos.

En fin, ¿no será ya momento de empezar a reconocer a la avicultura la importancia que realmente tiene?

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