El Comercio
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Pedro Tenorio

Vale la pena preguntarse si hay razones para prolongar la tregua que desde hace nueve días –desde que se instaló Mercedes Aráoz en la Presidencia del Consejo de Ministros– existe entre el Gobierno y el fujimorismo. Hoy se da por descontado el voto de investidura que Aráoz buscará ante el Congreso. Pero de ahí en adelante, ¿qué puede suceder? ¿Volveremos a las disputas interdiarias que sazonaban las relaciones entre Fuerza Popular (FP) y Fernando Zavala o se prolongará la ‘pax política’ alcanzada por Pedro Pablo Kuczynski tras renovar su Gabinete? Creo que existen incentivos para mantener esta tregua, cuando menos, a mediano plazo.

El primero tiene que ver con que se confirmó que tanto el Gobierno como el Parlamento están lejos de merecer una nota positiva por parte de la ciudadanía. Y en lo que respecta al Congreso, se trata de un resultado cosechado a pulso por el fujimorismo dado su control absoluto del mismo. En 14 meses falló PPK, pero también Keiko Fujimori como lideresa de una mayoría parlamentaria que debió marcar la diferencia ante un gobierno débil, y no lo hizo. Disparar sobre los errores y escándalos –presuntos o reales– del Ejecutivo no es suficiente. Según GFK, 77% de encuestados a nivel nacional desaprueba al Legislativo y solo 19% lo respalda.

Por tanto, es hora de que ambos poderes dejen de pisarse los pasadores. Si no, como hemos advertido aquí, servirán el terreno para fuerzas políticas ajenas al desgaste que ya se percibe y que conviene menos que a nadie al partido naranja.

Un segundo incentivo es que tanto ppkausas como fujimoristas padecen serios problemas internos. El Ejecutivo necesita afinar su maquinaria ministerial llevándola a un terreno en el que las percepciones demandan funcionarios recorriendo el país y ensuciándose los zapatos. “Perú 21” publicó ayer un informe basado en cifras del MEF que indica que a este mes seis ministerios han gastado por debajo del 50% de su presupuesto. Sectores claves como Transportes y Comunicaciones, Producción, Agricultura y Comercio Exterior están en deuda. Y si bien ahora hay planes, urge acelerarlos.

Del lado naranja, la pugna entre la guardia dorada de Keiko y Kenji está llegando a un punto perjudicial para la imagen de esta. ¿No tendrían que superarlo antes de decirle a los demás cómo manejar sus asuntos? Un probable indulto humanitario para Alberto Fujimori (al que ya nadie en el Ejecutivo se opone públicamente) tendría un efecto devastador para FP en las actuales circunstancias. Keiko necesita consolidarse internamente de cara a un tercer intento presidencial. Razones hay para dejar que el Ejecutivo respire y reorganice la casa. Son semanas claves para entender si habrá –o no– tregua para rato.