"Yo estoy a disposición del Gobierno y del presidente", aseveró Martín Vizcarra, nuevo embajador del Perú en Canadá. (Foto: Archivo El Comercio)
"Yo estoy a disposición del Gobierno y del presidente", aseveró Martín Vizcarra, nuevo embajador del Perú en Canadá. (Foto: Archivo El Comercio)
Pedro Tenorio

Sé que deberíamos hablar de correo electrónico o WhatsApp, en vista de los tiempos que corren, pero le restaríamos cierto dramatismo a una situación que dejó de ser una remota posibilidad para convertirse en una eventualidad cada vez más cercana: la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski de la presidencia y su reemplazo en línea constitucional por el primer vicepresidente Martín Vizcarra. ¿Estoy siendo alarmista? Para nada. ¿No es hacerle el juego a quienes quieren desestabilizar al país? Tampoco. PPK está en la cuerda floja por su falta de transparencia en lo que concierte al escándalo Lava Jato en el Perú y por eso existe una alta probabilidad de que sea vacado del cargo, por lo que resulta válido analizar qué sucedería si prosperara esta medida. 

Por lo pronto, el mensaje clave ya le fue remitido a Vizcarra: en caso de que él asuma la presidencia, Fuerza Popular (FP), liderado por Keiko Fujimori, le permitirá gobernar hasta el 2021 sin sobresaltos. Más allá de si debería o no confiar en la buena voluntad de dicha facción fujimorista, lo cierto es que esta crisis tampoco agarra en buen pie al keikismo, que espera superar el problema que para ellos también representa el Lava Jato peruano y su posible vinculación con la entrega de fondos de campaña por parte de Jorge Barata y Odebrecht, como se viene investigando por meses. 

Asimismo, Keiko debe neutralizar la división que Alberto y Kenji Fujimori le han infligido a la bancada y lo que esto pueda significar para el partido. Igualmente, deberá intentar recuperarse de la pobre performance que sus parlamentarios han mostrado hasta hoy en el Congreso, donde se han destacado como alfiles beligerantes pero con poca o nula capacidad para proponer alternativas. La guerra de guerrillas contra el Ejecutivo no cesa, ¿pero cuál ha sido el beneficio para el peruano de a pie? Las encuestas empiezan a revelar un profundo desencanto. 

Así, a las dos fuerzas de izquierda que hoy promueven abiertamente la vacancia se sumarían los 61 votos de FP, más algunas adhesiones anunciadas en el Apra, Acción Popular e independientes, por lo que muchos calculan ya los 87 votos que se necesitan para ponerle fin a la era Kuczynski. Y mientras PPK denuncia a “la extrema izquierda” de querer vacarlo, una lectura atenta de los principales medios de prensa en las últimas semanas confirma que hasta la derecha económica y política desea que PPK se retire y permita a Vizcarra liderar un gobierno de reconstrucción y unidad más allá de ataduras partidarias.  

Quienes lo conocen y han trabajado por años a su lado creen que PPK no renunciará, aun bajo amenaza inminente de ser vacado. Lamentablemente, podríamos estar muy cerca de comprobarlo.